El más reciente informe del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA arroja cifras preocupantes sobre la situación social en el país, destacando el profundo impacto de la crisis en los hogares urbanos. Según el relevamiento, el 47% de la población argentina —casi una de cada dos personas— se encuentra en hogares que sufren «estrés económico», un indicador que mide las privaciones monetarias para cubrir las necesidades básicas.
El «Núcleo Duro» de la pobreza persistente
Uno de los principales aportes del estudio es la construcción de un indicador que mide la “cronicidad” de la pobreza, analizando la proporción de la población que permanece en esta situación de un año al otro (2024 a 2025 en este análisis). La medición indica que alrededor del 30% de la población se mantiene en pobreza crónica, evidenciando un «núcleo duro» de personas que no logran modificar su posición social, independientemente del ciclo económico.
Esta persistencia es mucho más grave en los estratos socioeconómicos más bajos, donde la cronicidad trepa hasta el 61%. El documento detalla que en el estrato de muy bajos ingresos se combina una alta cronicidad con trayectorias más desfavorables en períodos de ajuste, mientras que la recuperación en fases de estabilización es mayor en los estratos medios.
El rol amortiguador de la asistencia estatal
El informe de la UCA ratifica la importancia crítica de los programas de transferencias de ingresos, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la Tarjeta Alimentar. El análisis de simulación concluye que, sin esta asistencia estatal, las consecuencias sociales serían «funestas»:
- Indigencia: Se duplicaría al pasar de 6,8% a un alarmante 12,8%.
- Pobreza: Aumentaría en un 20%, subiendo de 36,3% a 41,8%.
Los datos confirman que estos programas, que llegan a entre un 30% y 40% de la población en hogares, están fuertemente focalizados en los sectores de menores ingresos y en hogares con niños/as, logrando reducir la indigencia de forma más efectiva que la pobreza. La UCA advierte que si bien estas transferencias son necesarias para amortiguar la emergencia, resultan insuficientes para revertir problemas estructurales.
Pobreza por estrato y composición del hogar
El análisis de la pobreza monetaria corregida muestra una clara diferenciación por nivel socioeconómico (NSE) y composición del hogar:
- NSE muy bajos: La pobreza afecta al 65,1% de las personas.
- Hogares con niños/as: La pobreza e indigencia son considerablemente mayores, alcanzando el 48,8% y el 9,2% respectivamente.
El estudio sitúa aproximadamente al 30% de la población en los sectores pobres o vulnerables, un 40% en sectores de clase media, y el 30% restante en grupos acomodados. El alto nivel de «estrés económico» que afecta a casi la mitad de la población refleja un deterioro sostenido de las condiciones de vida, superando el piso histórico registrado hace más de una década.

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