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Qué se espera del dólar en diciembre de 2025: Fin de año con aguinaldo y mayor demanda de pesos

La estacionalidad de fin de año se sube a la dinámica cambiaria local. Con mayor necesidad de pesos por aguinaldo, gastos navideños y vacaciones, analistas observan un reacomodamiento en la demanda de divisas.
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Diciembre es siempre un mes singular para el mercado cambiario local en la medida en que interviene una serie de factores que pueden impactar en el valor del dólar, entre ellos el pago de aguinaldos, consumo estacional, cierre de balances y mayores necesidades de liquidez que suelen generar una dinámica propia en lo que a la demanda de pesos se refiere. Este reacomodamiento impacta, habitualmente, en los precios del dólar, especialmente en los segmentos libres. A diferencia de otros momentos del año, la estacionalidad de fin de año suele provocar una baja transitoria en la demanda de dólares para atesoramiento, fenómeno que el mercado comienza a percibir desde los últimos días de noviembre.

Bajo la óptica del economista Leo Anzalone, «el REM de octubre muestra algo de eso en las expectativas: el mercado proyecta para fin de año un tipo de cambio oficial relativamente estable, en torno al nivel actual, sin un salto brusco previsto». «Es decir, el consenso hoy no marca una devaluación inminente«, comentó el especialista.

En tanto el Lic. Gastón Lentini no ve un mercado tan calmo, sin con señales de leve precaución: «Si bien se habla de que la demanda de pesos es mas alta de parte de los empresarios a final de año, en el mercado también se da un fenómeno que es que el CCL baja y se empareja con el MEP. Sin embargo, en este momento la brecha no se está achicando, sino que, al contrario, crece y se acerca al 3% lo que interpreto como una señal amarilla», mencionó a PERFIL.

«El consumo no está activando y el dato de recaudación de ayer lo confirma poniendo en jaque este bienestar que parecemos tener luego de la elección legislativa. La histeria pasó, pero la economía sectorial, más allá del petróleo y el campo, no están pudiendo salir del pantano, con costos altos y promesas de reformas que aún no llegan, por eso somos compradores de dólares a estos precios, al menos hasta tener más seguridad de cuál es el paquete de leyes y reformas que se propongan y que el Estado pueda acumular reservas dejando de presentar números de reservas negativas», comentó el analista de mercados.

También advirtió por el tema de las reservas Anzalone al señalarlas como «el punto sensible». «La acumulación es prácticamente nula y esa fragilidad está presente», mencionó a PERFIL, y en esa línea sostuvo: «Si el Banco Central atraviesa el mes con estabilidad en los flujos, sin un shock externo y siempre que el Gobierno no anuncie cambios en el esquema cambiario, diciembre puede mostrar un dólar relativamente ordenado. Si no, la corrección puede aparecer hacia fin de mes o principio de enero, cuando la demanda estacional de pesos se desinfla y vuelve la dolarización típica del verano», agregó.

En cuanto al último relevamiento de expectativas del mercado del BCRA, vale aclarar que las proyecciones de los analistas situaron para diciembre de 2025 al tipo de cambio nominal en $1.500 por dólar para diciembre, pero con una leve tendencia a la suba en los meses sucesivos. Así, para enero 2026, los analistas prevén un tipo de cambio en $1525; para febrero $1553 y para marzo $1575.

Un comportamiento recurrente año a año

También el economista Mariano Ricciardi, CEO de la consultora de asesoría financiera BDI, se sumó a la mirada de sus colegas respecto al comportamiento particular del dólar en el último mes del año.

«Históricamente, diciembre muestra una dinámica particular en el mercado cambiario argentino: aumenta la demanda de pesos por pago de aguinaldos, bonos y mayor consumo estacional, y eso suele quitar presión al tipo de cambio en el muy corto plazo. De hecho, en la mayoría de los últimos 10 años se observó cierta calma o incluso retrocesos temporales en los dólares financieros durante la primera quincena de diciembre», explicó.

De todos modos, Ricciardi también aseguró que este efecto «es transitorio». «Una vez pasado el pico de demanda de pesos —entre fines de diciembre y enero— reaparece la presión típica de la economía argentina: cobertura de carteras, estacionalidad de importadores y recomposición de precios relativos», dijo.

En ese sentido agregó: «más que esperar un cambio de tendencia, lo que puede esperarse es una breve ventana de estabilidad y luego una reanudación del ritmo de ajuste habitual. La clave estará en la política monetaria, la tasa real y la capacidad del BCRA de sostener la acumulación de reservas», comentó el analista.

La política cambiaria y la acumulación de reservas

En el mercado oficial, la política cambiaria sigue guiada por el esquema de señales preestablecidas: un ritmo de crawling peg acotado, con correcciones puntuales según la evolución de los precios y las metas fiscales. En este marco, los analistas esperan que diciembre mantenga una devaluación controlada, más aún en un contexto de inflación mensual descendente y un tipo de cambio real que todavía permite cierto margen frente a la elasticidad de precios internos.

El blue y los dólares financieros muestran, por su parte, un comportamiento particular. Históricamente, los dólares alternativos suelen descomprimirse durante la primera quincena del mes, en línea con la mayor liquidez en pesos que reciben los trabajadores formales por vía del aguinaldo. Esta dinámica se complementa con un patrón estacional: el aumento del consumo navideño, la necesidad de financiar vacaciones y el cierre de obligaciones impositivas. En todos los casos, el denominador común es la búsqueda de liquidez, lo que reduce la presión sobre los segmentos libres del dólar.

Sin embargo, el mercado no descarta episodios de volatilidad sobre el final del mes. La segunda quincena suele mostrar el comportamiento inverso: una parte de los pesos excedentes vuelve a dirigirse hacia la compra de dólares, especialmente en un contexto en el que los ahorristas buscan cobertura frente al inicio de un nuevo año y a potenciales reacomodamientos de precios relativos.

Para algunos operadores, diciembre podría exhibir una brecha cambiaria relativamente estable, pero no libre de sacudones si la demanda de divisas repunta bruscamente durante los últimos días.

Cómo se mueven los dólares financieros hacia fin de año

Otro elemento relevante es la dinámica de los dólares financieros. La combinación de menor dolarización transitoria y una mayor disposición a la venta de títulos puede favorecer una baja en el MEP y el contado con liquidación durante la primera parte del mes.

No obstante, el cierre contable y la necesidad de los grandes jugadores de recomponer posiciones podrían generar un repunte técnico hacia fin de año. Varios economistas advierten que la clave será la reacción del mercado a los próximos anuncios del equipo económico, especialmente en materia fiscal y regulatoria.

Comprar dólares y después ¿Qué?

Para los ahorristas, el principal desafío será interpretar este escenario estacional. La recomendación que ofrecen algunas consultoras es evitar decisiones apuradas basadas en movimientos puntuales y observar el comportamiento de la brecha, que continúa funcionando como termómetro de expectativas. En términos generales, la demanda de cobertura suele intensificarse hacia mediados de enero, cuando se normalizan los gastos estacionales y vuelve la presión típica de la economía argentina.

En la mirada de Gastón Lentini, el debate está en qué hacer con los dólares que compro. «Reitero la idea que dice que tener liquidez también es una posición. No hablo de llenar las cajas de seguridad, sino que me refiero a comparar riesgos y rendimientos, porque un bono corto soberano que vence en 2029 está rindiendo muy poco para ser emitido por un país que aún no sabe cómo va a pagarlo en enero. Confío en que se van a pagar todos, pero la plata no es nuestra y eso debemos ponerlo en el análisis», sostuvo el analista.

En síntesis, diciembre promete ser un mes de reacomodamiento más que de tensión. La demanda de pesos, el aguinaldo y el patrón estacional de consumo podrían mantener relativamente calma la cotización del dólar en las primeras semanas, mientras que el cierre del año abre la puerta a cierta volatilidad. La política económica y la confianza en la hoja de ruta fiscal definirán hasta dónde puede sostenerse esa tranquilidad y qué margen tendrá el Gobierno para comenzar 2026 con un mercado cambiario sin sobresaltos.