“La presencialidad en las aulas en 2021, tanto del personal docente y no docente, como de los propios alumnos debe considerarse como una actividad esencial. Particularmente, para todos aquellos niños, niñas y adolescentes (NNyA) que presenten alguna de las enfermedades denominadas poco frecuentes, la recomendación es que el regreso a clases se base en una evaluación de riesgo-beneficio socio sanitario”.
La afirmación surge de un informe emitido estos días por la Federación Argentina de Enfermedades Poco Frecuentes (FADEPOF), una Organización de la Sociedad Civil (OSC) sin fines de lucro, conformada y liderada por la propia comunidad de pacientes y/o familiares. Bajo el título de ‘La vuelta a las aulas de las personas con enfermedades poco frecuentes en contexto de COVID 19’, reconoce que si bien la población ha aprendido a cuidarse y a cuidar de los más vulnerables, es importante una adaptación del modelo de atención para así responder mejor a las necesidades del impacto del COVID-19 en aquellos niños y adolescentes que padecen una enfermedad poco frecuente (EPOF).
Entre otras recomendaciones, aconsejan considerar en cada caso la gravedad de la enfermedad de base, las comorbilidades potenciales y las consecuencias que acarrea el aislamiento social en esta población -de por sí- más vulnerable; más aun considerando las dificultades que han encontrado en estos meses para realizar sus controles o tratamientos específicos.
En dialogo con «Nada que ver», el pediatra Ángel Muratore, hablo sobre este tema:
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