El 14 de febrero se viralizó la historia de Drayke Hardman, un chico de 12 años de edad que sufrió bullying en su colegio. Los padres del menor afirmaron que la pérdida de la vida de su hijo es el resultado devastador de un año de acoso por parte de un compañero.
“Me desperté esta mañana más enojado que nunca en mi vida. ¿Me culpo a mí mismo? ¿Culpo a mi dulce niño? ¡Culpo al sistema! ¡Culpo al hecho de que estos matones existan! ¿Cómo hay tanto odio en nuestro mundo que permitimos que los niños lastimen a otros niños? Es simple… lo hacemos el uno al otro y ellos aprenden que está bien alimentar su falta de confianza. Creen que los hace geniales”, posteó el padre en Instagram.
Consecuencias del bullying
El bullying es un problema de salud mental a nivel global y es lo que más preocupa a los niños y jóvenes de entre 9 y 16 años. “El hostigador trata de infundir miedo en la otra persona y es difícil de manejarlo para quien lo sufre porque generalmente se da entre conocidos, amigos y compañeros de clase”, detalla Mirta Itlman (M.N. 14.208), miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA) y especialista en niños y adolescentes.
Como consecuencia los lleva a perder la confianza entre ellos mismos y en el grupo. Los que reciben esta ofensa suelen ser los chicos más vulnerables psicológicamente, es decir, los que no pueden comprender cabalmente sus sentimientos y pensamientos o los que están más aislados del grupo.
«El bullying ha existido siempre, lo que pasa es que llama la atención cuando se llega a un desenlace trágico como este y como otros, que sucedieron a lo largo de la historia. El bullying puede no quitarte la vida, pero si te quita mucha salud mental, porque básicamente atenta contra la autoestima» señaló el psicólogo.
«Cuando de repente todos los días comienzan con burlas, chantajes, maltratos físicos y verbales, el niño o adolescente (que es un psiquismo en crecimiento) en un momento se plantea y dice «che pará, entonces no valgo nada, para que me voy a levantar si todos mis días son un infierno» y a partir de ahí vienen un montón de conductas (dolores de cabeza, dolor de panza y otras cuestiones para no ir a la escuela) y casi siempre nos quedamos con que el chico es caprichoso»
«Los adultos hemos llegado a naturalizar que todas esas conductas de los chicos son para zafar y no ir a la escuela, pero ojo con eso porque no todos llegan al intento de quitarse la vida opero si pierden salud mental y emocional… herramientas para enfrentarse a la vida cotidiana. El bullying es una cuestión que a veces casi ni se lo percibe, hay que estar atentos a la señales que los niños nos van dando»
En esa línea, el Lic. Díaz señaló que el bullying empieza cuando mi hijo me ve como trato yo a la empleada de la verdulería, al trapito, o al colectivero etc. Probablemente el bullying comienza en la casa.
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