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El wifi lo inventó una mujer: Hedy Lamarr

Hedy Lamarr se hizo conocida en Hollywood por su belleza y glamour. Pero en privado, era una inventora amateur, que con ayuda de un amigo creó una tecnología que revolucionó el mundo
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Mientras que el tiempo se encargó de reivindicarla, por muchos años Hedy Lamarr fue solo reconocida como “la mujer más bella de la historia del cine”. Su aporte más destacado, sin embargo, va más allá de la pantalla y es una herramienta fundamental en nuestra vida cotidiana. Es que, además de una mirada impactante, Hedy es responsable de la creación del sistema de comunicaciones denominado “técnica de transmisión en el espectro ensanchado”, en el que se basan todas las tecnologías inalámbricas de la actualidad, incluido el WiFi. Una historia fascinante que, sin dudas, merece su propia película.

Había una vez en Viena

Hedwig Eva Maria Kiesler nació en Viena, el 9 de noviembre de 1914. Única hija de un banquero de Lemberg y una pianista de Budapest de origen judío secularizados, desde chiquita fue considerada una superdotada, pero decidió abandonar sus estudios de ingeniería para perseguir sus sueños actorales.

La película que la llevó al estrellato -y la polémica- fue Éxtasis, la primera en mostrar el rostro de una actriz, completamente desnuda, durante un orgasmo. El escándalo sexual y la censura seguían en boca de todos cuando Hedwig resolvió escapar de su matrimonio tortuoso con Fritz Mandl, un magnate armamentística que, antes de la Segunda Guerra Mundial, proveía de arsenal a Hitler y Mussolini. Debido a los celos de su esposo, Kiesler era obligada a asistir a sus reuniones de trabajo y ahí aprovechó para aprender y tomar nota de la última tecnología nazi.

Con lo poco que llevaba puesto y las joyas que ayudaron a pagar la travesía, huyó hacía París y luego Londres donde se embarcó rumbo a los Estados Unidos. El destino quiso que uno de los distinguidos pasajeros fuera Louis B. Mayer, productor y presidente de los estudios MGM. Antes de llegar a las costas de América, la joven tenía un nuevo contrato y nombre artístico: Hedy Lamarr.

Hedy no tuvo los mejores papeles de Hollywood, pero logró trabajar con King Vidor, Jacques Tourneur, Robert Stevenson y Cecil B. DeMille, con quien realizó su mayor éxito Sansón y Dalila. Dejó pasar Casablanca y se le escapó Lo que el viento se llevó, pero su glamour la acompañaba a todas partes.

Un pequeño paso para Hedy, un gran salto para las telecomunicaciones

En 1941 el mundo ya estaba en guerra y Lamarr quiso hacer su aporte, ofreciendo sus servicios como ingeniera -y lo que sabía sobre las prácticas del gobierno alemán- al recientemente creado National Inventors Council. Fue rechazada con amabilidad, pero no pensaba quedarse de brazos cruzados. Las comunicaciones eran críticas y el área más innovadora donde sumar sus conocimientos.

Un pequeño paso para Hedy, un gran salto para las telecomunicaciones

En 1941 el mundo ya estaba en guerra y Lamarr quiso hacer su aporte, ofreciendo sus servicios como ingeniera -y lo que sabía sobre las prácticas del gobierno alemán- al recientemente creado National Inventors Council. Fue rechazada con amabilidad, pero no pensaba quedarse de brazos cruzados. Las comunicaciones eran críticas y el área más innovadora donde sumar sus conocimientos.

En las señales radioeléctricas -y debido a que las transmisiones eran vulnerables- Hedy encontró su misión y concibió un sistema que consistía en transferir los mensajes fraccionados en pequeñas partes, cada una de las cuales se transmitiría secuencialmente cambiando de frecuencia, siguiendo un patrón pseudoaleatorio. Un procedimiento que hoy se conoce como transmisión en espectro ensanchado por salto de frecuencia o FHSS, por sus siglas en inglés (Frequency Hopping Spread Spectrum).

El sistema terminó de concretarse con la ayuda del pianista y compositor norteamericano George Antheil y la incorporación de dos pianolas sincronizadas. El 10 de junio de 1941 presentaron la solicitud de patente del “Secret Communication System”, la cual les fue otorgada el 11 de agosto de 1942. Hedy firmó con su apellido de casada (H. K. Markey), lo que impidió que el reconocimiento llegara en su debido momento.

La patente generó opiniones divididas entre los militares que, al final, decidieron rechazarla. Lamarr y Antheil se olvidaron del proyecto y volvieron al séptimo arte, pero la historia del FHSS recién comenzaba. Gracias al avance tecnológico y la invención del transistor, en 1957 la empresa Silvania Electronics Systems Division desarrolló el sistema patentado por Hedy y George, que fue adoptado por el gobierno para las transmisiones militares. Su patente había caducado tres años atrás, por eso, ninguno de los dos se embolsó un solo centavo. Aunque el título de “pionera” ya nadie se lo podía quitar.

Tarda, pero llega

El FHSS se utilizó por primera vez durante la crisis de los misiles en Cuba en 1962, la guerra de Vietnam y, más adelante, en el sistema norteamericano de defensa por satélite (Milstar). Hoy, la técnica de transmisión en el espectro ensanchado es parte de todas las tecnologías inalámbricas como el WiFi y el BlueTooth, solo para nombrar algunas.

Lamarr siguió explorando su faceta de ingeniera, mantenida en secreto por la MGM para no “manchar” su estatus de estrella. Su vida personal no fue tan afortunada y terminó recluida en su mansión de Miami. Los laureles por su invención llegaron demasiado tarde. Como toda diva del celuloide, tiene su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, pero también forma parte del National Inventors Hall of Fame y en su Austria natal, el Día del Inventor se celebra en su honor, el 9 de noviembre.