Un drone de Google utilizado para reparto de comida protagonizó un accidente en Brisbane, Australia, dejando sin suministro eléctrico a unos 2.000 habitantes de esa ciudad en la región oriental de aquel país, en la costa del mar de Coral. El vehículo aéreo no tripulado operado por la división Wing se atascó en el tendido de electricidad, provocando interrupciones de servicio.
El dispositivo se detuvo en el tendido eléctrico y se quemó con 11.000 voltios. ¿El resultado? Más de 2.000 casas y comercios de Birsbane tuvieron un apagón, según informó ABC News Australia.
Un vocero de Energex, la compañía eléctrica de esa ciudad, dijo que fue el primer incidente ocurrido allí con los drones de Wing, una división de Alphabet Inc. (la casa matriz de Google) que allí ofrece servicio de delivery con estos equipos.
La mayoría de los afectados recuperaron el suministro en menos de una hora, pero cerca de 300 clientes debieron esperar tres horas.
Un representante de la empresa de electricidad en Brisbane dijo a ABC que el drone se incineró. “Cuando llegamos, la comida aún estaba caliente dentro de la caja de entrega”, comentó.
El dispositivo realizó un “aterrizaje controlado por precaución (…) y se detuvo en el tendido eléctrico”, explicó un vocero de Wing. La compañía que opera el drone informó el problema a Energex y dijo que ha iniciado una revisión del incidente.
De acuerdo a la fuente, no se registraron daños permanentes en la red eléctrica de la ciudad australiana.
Los riesgos de volar drones en las ciudades
Tras el accidente protagonizado por el dispositivo de Google, el portavoz de Energex subrayó los riesgos que supone el uso de drones en las ciudades. “Hace quince años, pedíamos a la gente que tuviera cuidado si regalaba cometas a sus hijos en Navidad y dónde las volaban. Ahora, pedimos a los padres que tengan mucho cuidado con el lugar donde sus hijos vuelan sus drones”.
La advertencia tiene sentido (ya hemos visto varios incidentes por el uso de drones) aunque en este contexto resulta un tanto extraña, por no decir inadecuada. Ocurre que no fueron nenes jugando con sus vehículos voladores los que provocaron el accidente y la interrupción del servicio eléctrico, sino una firma que depende de una de las mayores compañías tecnológicas del mundo.
Wing recibió la aprobación para usar sus drones en Australia en 2019, comenzando con la entrega de alimentos y medicamentos. A comienzos del año en curso, los drones de Google comenzaron a trabajar en regiones de Estados Unidos.
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