Izzet Kocak es un ganadero turco que vive en Aksaray, Turquía, y que apeló a una rama particular de la tecnología para intentar mejorar la producción de sus vacas lecheras.
Específicamente, y tal como informa el medio local Anadolu Ajansi y rescata el sitio Furutism, Koak tomó la decisión de ponerle anteojos de realidad virtual a sus vacas, mostrándole imágenes y videos de pasto, para ver si con eso se ponían más contentas.
El resultado, según el ganadero, es que en las dos vacas en las que probó el sistema (que implica ponerle un anteojo en cada ojo, porque las gafas convencionales están diseñadas para el rostro humano y no el vacuno) pasaron de producir 22 litros de leche diarios a 27 litros.
Kocak se habría inspirado en una prueba rusa en el mismo sentido, conocida en 2019, en el que le pusieron anteojos a las vacas para intentar ponerlas más alegres; un estudio de la Universidad de Wageningen, de Países Bajos, señala que las condiciones ambientales tienen un impacto positivo en la salud de las vacas y en la calidad y cantidad de leche que producen.
El mismo ganadero había probado con música clásica para alegrar a las 180 vacas que tiene en su tambo, y ahora intenta, con celulares y soportes para realidad virtual (más económicos que anteojos unidos a PCs) mejorar su productividad. Dice que se puso en contacto con los rusos para acceder a sus anteojos (que sí están diseñados para el cráneo vacuno), y que en cualquier caso estos elementos no reemplazan el acceso al campo abierto, pero sí le dan un margen para enfrentar el mayor costo, en Turquía, del pienso para ganado.
Según el Ministerio de Agricultura de Moscú, la primera prueba realizada en 2019, con anteojos diseñados para el rostro vacuno, registró mejoras en el bienestar de los animales y planean una segunda etapa para evaluar su impacto en la producción láctea.
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