El gol olímpico es uno de los más lindos que un futbolista puede convertir alguna vez en su carrera. Son solo unos pocos en la historia del fútbol mundial que se pueden adjudicar esta proeza, que requiere de muchísimo talento y precisión a la hora de golpear la pelota.
Esta genialidad se convirtió en una marca registrada del fútbol sudamericano, exponente de la «viveza criolla» y el juego atrevido y «pícaro». ¿Pero cuál es el origen de su nombre? Para ello, tenemos que remontarnos casi 100 años atrás.
Hasta el año 1924, si alguien anotaba un tanto desde el tiro de esquina este era invalidado dado que no estaba permitido por las reglas. Sin embargo, ese año la entidad que hoy es la FIFA modificó el estatuto de juego, permitiendo que los jugadores pudieran anotar desde el corner.
No pasaría mucho tiempo hasta que alguien intentara convertir desde allí por primera vez. Eso sucedió el 2 de octubre de 1924, en un partido amistoso entre Argentina y Uruguay. Corrían los 15 minutos del primer tiempo cuando el delantero argentino Cesáreo Onzari se dispuso a tirar un tiro de esquina.
El disparo llevaba tanto efecto que la pelota se incrustó en el ángulo del primer palo, para desgracia del arquero uruguayo. «Quizá el arquero se había levantado mal ese día o lo hayan molestado, porque nunca más emboqué otro» comentó Onzari, ya retirado, años más tarde a la prensa.
Pero, ¿por qué se lo llama gol olímpico?
El nombre fue puesto por los periodistas porque Uruguay venía de ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 1924. Si bien en su momento se lo apodó «gol a los olímpicos», con el tiempo se fue deformando hasta quedar en el «gol olímpico» que hoy todos conocemos.
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