El 8M del fútbol argentino: un mensaje, una foto que generó repudio y un reclamo

El fútbol es sin dudas el camino más amplio en la que se puede llegar a los hombres de Argentina. La masividad con la que ahora se ven los partidos de la Copa de la Liga Profesional a falta de público en los estadios, sumado a las redes sociales y los mensajes de los jugadores, hacen que sea un núcleo para trabajar en campañas sociales.

En este sentido, las autoridades del fútbol argentino permitieron que en la previa de los partidos de la Ciudad de Buenos Aires, los planteles posen con un cartel sobre la violencia de género. Sin embargo, se volvió a acusar de demagogia esta situación y de hacer oídos sordos ante los reclamos por los casos que se dieron dentro de los clubes. 

El partido entre Vélez y Boca reunía una coincidencia repudiable. Por un lado, aparecía como titular Sebastián Villa, acusado por su pareja por haberla golpeado e incluso se llevó una causa judicial, que terminó en las últimas semanas con un acuerdo externo y el tema se diluyó. Sin embargo, el rol del club «xeneize» fue puesto en la mira.

Del otro lado, Vélez contó entre sus once iniciales a Thiago Almada. La jóven promesa es uno de los dos acusados en una causa de abuso sexual, junto a Miguel Brizuela, ocurrida en el mes de diciembre de 2020. El delantero había sido separado del plantel, pero el reclamo de sus compañeros y entrenador hicieron que regrese a la actividad.

Ambos jugadores, curiosamente, lucieron en la cancha con un mensaje contra la violencia de género. «Contra la violencia de género, somos del mismo equipo», rezaba el texto, junto con la línea 144 para que todas auellas mujeres puedan denunciar las situaciones en su contra.

Obviamente, las redes sociales se hicieron eco de la situación y la foto de Villa, el caso más claro de estos últimos años, se volvió tema de disputa. Es cierto que los clubes tienen la función de acompañar la educación en la sociedad y el mensaje debe ser entregado, pero no dejo de hacer ruido su presencia en la campaña de la que fue acusado.

Quien no dejó pasar esta situación, no precisamente con Villa, fue Juan Cruz Komar. El actual defensor de Talleres de Córdoba se ha caracterizado en su carrera por acompañar las campañas sociales, con una mirada que no abunda dentro del fútbol, o al menos que no tienen la postura de hacerlo saber.

En este caso, el jugador de 26 años hizo uso de un meme tradicional de Drake, al respecto del rol de la AFA en dos situaciones por las suspensiones del fútbol argentino. Por un lado, puso a la «violencia de género», cumpliendo el rol de la ignorada por las autoridades, y del otro escribió la frase «querer ser padre», en relación al caso de Santiago Silva.

El delantero uruguayo fue sentenciado a dos años tras haber dado positivo en un control antidopaje, por altos niveles de testosterona mientras realizaba un tratamiento para poder tener un tercer hijo, y no ha existido un movimiento dirigencial para que el jugador de 40 años pueda reducir su pena con un apoyo de sus colegas.

En este 8M el fútbol ha hablado. Poco y con un mensaje que generó repudio. En su función social, el mensaje fue enviado como tantas otras veces se ha hecho, pero poco cambia. La Liga Profesional sigue avanzando con denuncias en curso y otras cerradas o archivadas (Sebastián Villa y Jonatan Cristaldo) y los reclamos ahora no solo llegan desde afuera. Aún así, poco parece que cambiará.