Independiente abrió el Libertadores de América para recibir a la Copa Sudamericana con una doble motivación: el envión del triunfo ante Guabirá por 3 a 0 y el regreso al banco de Julio César Falcioni, quien se recuperó tras haberse contagiado Covid-19 y anoche volvió a dirigir al once rojo.
Esos buenos motivos, sin embargo, no fueron suficientes para que el equipo de Avellaneda lograra cristalizar ese entusiasmo con rapidez ante el Montevideo City Torque, por la segunda fecha del Grupo B. Para que el Rojo empezara a edificar verdadero peligro en el área de los charrúas fue necesario un ajuste desde el banco y otro, en el marcador.
El último lo proveyó el elenco uruguayo cuando, a los 50 minutos, se puso arriba 1-0 con un lindo gol de Gustavo Del Prete, tras una asistencia -veloz y de primera, para deshacerse de la defensa de Independiente- del chileno Marcelo Allende.
El ajuste que llegó desde el banco lo gestionó, con la precisión de un relojero, Falcioni. Con la agudeza de quien extraña ver el fútbol en vivo, tras cuatro partidos afuera de las canchas, el DT movió las piezas que luego se volvieron claves de la victoria. Para el inicio del segundo tiempo, el entrenador hizo entrar a Lucas Rodríguez en lugar de Gastón Togni y, poco después, mandó a Jonathan Herrera al campo de juego por Ayrton Costa.
Los cambios no sólo le mutaron la cara a Independiente, que se adueñó la pelota, punzante y peligroso. También trajeron al césped del Libertadores de América los nombres que firmaron su segundo triunfo al hilo en la Sudamericana. El 2-1, justamente, fue una combinación entre Rodríguez, que remató desde lejos, y Herrera, que convirtió el rebote para sumar su cuarto grito en la Sudamericana.
El equipo montevideano tuvo su aporte también, con dos jugadas desafortunadas que terminaron en los otros dos tantos. El primero se originó en una mala salida del arquero arquero Cristopher Fiermarin, quien prácticamente le dio un pase a Andrés Roa, que encaró rápido para el área y cedió veloz hacia atrás a Silvio Romero, el autor del gol. El 3-1, tras un córner, directamente fue en contra, en un intento de rechazo de Diego Arismendi que rebotó en la espalda de Matías Cóccaro. Pero más allá del infortunio charrúa, el mérito fue de un Independiente que supo mutar a tiempo y revertir una caída para seguir invicto y puntero en la Copa, esa que también recibió a Falcioni con una sonrisa y se alegró de su victoria.
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