En una nueva edición de Champions, Barcelona goleó 5 a 1 a Ferencvaros.

Casi 70 días después del 2-8 contra el Bayern Munich, el Barcelona humilló por 5 a 1 a Ferencvaros. Lionel Messi, sin brillar, fue el mejor, quien empezó, encaminó y ayudó a cerrar la goleada a favor de un equipo culé que busca su identidad.

El partido había empezado flojo en el Camp Nou. En los primeros 20 minutos el campeón de Hungría había tenido un gol anulado por offiside y un remate que reventó el poste. Y fue una corrida del N° 10 que abrió el camino. Se tiró a la derecha, empezó a encarar y gambetear hasta que lo bajaron en el área. Penal que no falló, y aseguró a la izquierda del arquero para el 1-0 y también seguir ampliando sus récords.

Koeman y su 4-2-3-1 predilecto volvieron a tener al rosarino como punta. Trincao, Coutinho y Ansu Fati jugaron por detrás suyo en un ataque en el que Antoine Griezmann miró todo desde la tribuna y ni entró después de las críticas del DT neerlandés. Lionel, de falso 9, generó la jugada del penal cuando salió del área. Se tomó la libertad para salir y coordinar con sus compañeros que tomaban su lugar. 

Y lo más positivo para el rosarino fue la compañía de esos jóvenes con los que, de a poco, se va entendiendo cada vez más. Ansu Fati anotó el 2-0 después de un gran pase filtrado y de aire de Frenkie de Jong. Y ya en el segundo tiempo se combinaron para el tercero, que definió Coutinho. Jugada de Leo, asistencia de taco de la promesa de 17 años y grito del brasileño.

Pero más allá de todo, no deja de ser un Barsa de a ratos. Aparte de los goles, por momentos sigue con esas inconsistencias que hacen que cualquiera le pueda dar pelea y haciendo fácil generarle situaciones. Como en el principio, con el 3-0 llegó la roja a Piqué por el penal que cometió y Kharatin convirtió.

Y con diez jugadores, los culés primero se ordenaron y después liquidaron con sus otros jóvenes. Ousmane Dembélé entró y metió una corrida para asistir a Pedri, el otro talento de 17 años que hizo el 4-1. Y antes del final, Messi asistió al francés para el 5-1 final y que estén todos contentos.

Era una goleada necesaria para despertar después del 0-1 en Getafe. Pero también sabiendo que el rival era el más flojo del grupo. Ahora, al Barsa se le vendrá el sábado el clásico contra el Real Madrid. Y en la Orejona, el próximo encuentro será ante la Juventus.