“Vuelvo a casa. Gracias Ciudad Voley por esta oportunidad. ¡Cómo nos vamos a divertir!”, sorprendió durante la mañana del sábado Facundo Conte, una de las piezas principales del seleccionado argentino de vóley e integrante del equipo ganador de la medalla de bronce en los últimos Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que se disputaron el año pasado tras ser postergados por la pandemia causada por el Covid-19.
En su cuenta de Instagram, el jugador compartió una publicación con esas palabras acompañando a un video de casi 90 segundos con imágenes de los mejores momentos de su carrera tanto en clubes como con el conjunto nacional. “Facu vuelve con la 7 al club Ciudad”, se lee al final. El punta receptor, de 32 años y 1,97m de altura, pasó por Italia, Rusia, Polonia, China, Brasil, Qatar y viene de jugar en el Warta Zawiercie CMC de Polonia. Ahora volverá al club donde inició su carrera.
El Heredero, hijo de un prócer del seleccionado como Hugo Conte, es el primer refuerzo anunciado por Ciudad Voley y no sólo significa un salto de jerarquía para ese equipo, sino para la Liga Argentina. Es el fichaje más importante de la historia del club y una de las incorporaciones más destacadas de ese deporte en el país en las últimas décadas.
“Hace 15 años empezó este hermoso viaje. Con el vóley recorrí el mundo, jugué en muchos países, en los mejores clubes y en las mejores ligas. Tuve el privilegio de cumplir muchos de mis sueños, pero siempre tuve uno pendiente: volver a casa. Porque en realidad todo empezó cuando era sólo un juego y en mi club aprendí a amar el vóley. Entonces, decidí que es el momento de volver a casa, de volver con la 7 a Ciudad”, relata Facundo en el video.
Hugo y Facundo Conte, tras la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio; el Heredero regresa a casa
Conte llegará al país en las próximas semanas para sumarse a la selección argentina y tendrá su presentación en el club antes de los compromisos con el equipo albiceleste, para luego, finalizada la temporada del seleccionado, sí ponerse a disposición de Ciudad.
De niño no se vestía de Batman o de Power Ranger. Su entretenimiento era más cercano y tangible. Se metía en la habitación principal, abría un cajón muy especial, sacaba la medalla de bronce que su padre había ganado en los Juegos Olímpicos de Seúl 1988, apenas 320 días antes de que él naciera, y se la colgaba. Su juego favorito era ser Hugo Conte. Ese señor de barba que cada tanto usaba como capa una bandera argentina era, y es, su superhéroe. Pero eso nunca lo condicionó. Jamás le pesó ser “el hijo de…”.
Desde el año pasado, por primera vez en la historia argentina, un padre y un hijo tienen una medalla olímpica. Y el Conte que está en actividad es el que regresa al país para seguir construyendo su propia leyenda.
“Para mí, volver a casa es una emoción enorme”, dijo esta mañana, en una breve comunicación con TyC Sports, en una pausa en medio de corridas para preparar el viaje de regreso. Ya en Ciudad lo esperan con los brazos abiertos. Como si nunca se hubiera ido.
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