Un Independiente deslucido, no estuvo a la altura ante el Ceará de Brasil, perdió 2 a 0 y quedó eliminado de la Copa Sudamericana en un atractivo encuentro que disputaron esta noche, en Avellaneda, en el marco de la sexta jornada del Grupo G.
Rodrigo Lindoso, a los 51 minutos del primer tiempo, y Stiven Mendoza, a los 46 del complemento le dieron el triunfo al equipo de Brasil.
Con este resultado, Independiente quedó eliminado del certamen, mientras que su rival accedió a los octavos de final con puntaje perfecto al obtener seis victorias en igual presentaciones.
Como era de esperarse, el local tomó las riendas del partido, mostró interesantes triangulaciones, un juego asociado que despertó más de un aplauso por parte del público que acompañó en gran masa y con un Leandro Benegas movedizo y punzante con una media vuelta y un cabezazo en los primeros instantes.
Por su parte, el Ceará sorprendió ya que no fue sólo a defenderse, cada vez que pudo contraatacar lo hizo, y exigió a Sebastián Sosa cada vez que avanzó y desnudo los problemas defensivos de un equipo local que le costó exhibir una defensa solida, en la cual Alex Vigo generó dos avances para el conjunto de Brasil.
Pasada la media hora de juego, los dirigidos por Eduardo Domínguez perdieron el manejo de la pelota, se descompensó en el funcionamiento, entró en juego que no lo resulto favorable desde ningún punto -en el roce y la pelea- y se expuso de manera innecesaria en la última línea, lo que generó que Sosa tenga una doble tapada que lo mantuvo con vida.
En el cierre de la primera etapa, Independiente dejó al desnudo todas sus falencias con un combo que le fue letal: desde el nerviosismo provocó una falta innecesaria sobre el costado izquierdo del campo, posteriormente no respondió en las marcas en el centro que llegó desde el tiro libre y ante las facilidades, Lindoso capturó la pelota y con un zurdazo cruzado, le dio la victoria parcial a la visita.
En el complemento, Domínguez metió mano en el equipo y apostó por los ingresos de Leandro Fernández y Tomás Pozzo, quienes le dieron frescura al equipo y le aportaron un tinte de esperanza en los primeros minutos con gambetas y buenas sociedades.
Con el correr de los minutos, el «rojo», se ahogó en sus propias necesidades. Los ingresos que fueron positivos, rápidamente se opacaron y se unieron al rendimiento de un equipo que a pasado el cuarto de hora pareció estar rendido.
Ceará por su parte, sin complicaciones blindó su defensa, se retraso en el campo de juego y dejó jugar a un equipo que manejó la pelota pero nunca logró inquietar al arquero João Ricardo, quien a esa altura de la noche fue un espectador de lujo.
El final del encuentro fue un reflejo de la actualidad que atraviesa Independiente: no logró encontrar un jugador que sea capaz de revelarse ante la adversidad, le sumó al nerviosismo pequeños cruces internos, como la discusión de Juan Insaurralde – quien debía transmitir tranquilidad- con el juvenil Rodrigo Márquez y no logró competirle a un rival que esta en zona de descenso en el Brasilerao y que en la última jugada del pleito, de contragolpe, Mendoza le convirtió un tanto más para sentenciar el encuentro.
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