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Liverpool venció al Chelsea en una extensa definición por penales y se consagró campeón de la Copa de la Liga inglesa

Los Reds vencieron 11-10 en los penales a los Blues tras igualar 0-0 en el tiempo reglamentario y el alargue. Kepa, que había ingresado para atajar los penales para Chelsea, terminó fallando el suyo y definió la serie.
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Liverpool venció 11-10 en los penales a Chelsea por la final de la Copa de la Liga de Inglaterra y se consagró campeón. El duelo, que se disputó en el Estadio Wembley y fue dirigido por Stuart Attwell, tuvo al VAR como principal protagonista, que anuló varios goles por offsides milimétricos.

Desde el primer minuto se notó la jerarquía de ambos equipos, que regalaron un verdadero partidazo, con llegadas de todo tipo, aunque no lograron romper el cero. Clave para esto fueron los palos y las intervenciones de Caoimhin Kelleher, arquero de los Reds, pero sobre todo de Edouard Mendy, el guardamenta de los Blues, que fue una verdadera muralla.

También hubo tiempo para las polémicas. Durante el segundo tiempo, tras un tiro libre y un cabezazo al medio de Sadio Mané, Joel Matip convirtió para los de Jürgen Klopp, pero el VAR intervino y el árbitro Stuart Attwell lo anuló por un offside previo de Virgil van Dijk, que participó indirectamente de la jugada. Además, en el primer tiempo extra, Romelu Lukaku se fue mano a mano y definió para poner el 1-0 en favor de los de Thomas Tuchel. Sin embargo, el línea levantó la bandera y el VAR chequeó que estaba en posición adelantada por milímetros.

Fue final 0-0 en los 120 minutos entre tiempo regular y alargue y el ganador se definió en los penales.

Comenzó pateando el Liverpool, con el capitán Milner como primer ejecutor. Los pateadores de ambos equipos estuvieron infalibles, y anotaron todos los penales, a pesar de los intentos de Kepa, que ingresó minutos antes del final para atajar en la tanda de penales, y Kelleher. 

El resto de los futbolistas de campo ejecutaron sus penales de la misma manera, por lo que la definición quedó igualada 10-10 y los arqueros tuvieron que hacerse cargo.

Kelleher cruzó su remate y anotó el 11-10 para los Reds. Kepa, que había ingresado para atajar los penales, terminó siendo el verdugo de su propio equipo: su remate se fue varios metros arriba del travesaño y transformó al equipo de Klopp como nuevo campeón.