El Superclásico tuvo un episodio condicionante a los 17 minutos, cuando el referí Fernando Rapallini resolvió expulsar a Marcos Rojo tras dos amarillas, en menos de dos minutos de diferencia entre una y otra. La primera fue por un foul a Braian Romero en la mitad de la cancha. La segunda por una infracción a Palavecino.
Marcos, de 31 años, sintió una gran injusticia con la decisión del árbitro porque en ambos casos sintió que estuvo mal la sanción disciplinaria. El técnico de Boca, Sebastián Battaglia, tuvo que mover el banco: adentro el peruano Zambrano y afuera el colombiano Cardona, para rearmar la línea de cuatro.
Rojo tuvo la segunda expulsión en clubes en su carrera: la anterior había sido el 19 de abril de 2014 jugando para Sporting Lisboa, contra Belenenses. En la Selección, en la final de la Copa América 2016, ante Chile.
Todo Boca discutió la decisión de Rapallini. Para Olé la primera tarjeta estuvo bien aplicada y la segunda es de interpretación: es discutible, si el juez no amonestaba se podía sostener su postura porque no hubo temeridad. Más allá de que Rojo estaba pasado de revoluciones.
Fuente: Olé

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