Central Cordoba tuvo la mas previsible de las derrotas desde que volvió al fútbol grande. Sigue siendo River una quimera para el conjunto santiagueño y esta vez cayó 2 a 0 ante una multitud que copó el Único. Es la séptima derrota en la historia ante un rival que inició con una sonrisa la era «post-Gallardo».
Con 8 jugadores nuevos como titulares, con respecto a la temporada anterior, el DT Madelón ideó un 4-4-1-1 para controlar a un River que siempre se supo superior. Soraire y Kalinsky repartiéndose el círculo medio; Rius -de bajo nivel- por derecha; Ciccolini -le quedó grande el partido- por izquierda; suelto Gamba y Castelli como faro fueron los intérpretes de mitad de cancha hacia adelante, pero tuvieron que sacrificarse demasiado en transiciones defensivas. Demichelis tuvo a Enzo Pérez en el vértice inferior de un triángulo que completaban Aliendro y el estupendo Nacho Fernández. Solari en una ala, Paradella en la otra y Borja entre los centrales le otorgaron al Millonario un dominio de posesión y de terreno, que no tradujo en muchas opciones de gol, pero si lo posicionó como amo del partido.
Si la idea de Madelón era robar y salir rápido, eso no sucedió casi nunca porque Armani quedaba mas allá del horizonte. Y ese River invasor de terrejo ajeno, terminaba provocando que las recuperaciones sean efímeras. Quitaba un jugador de Central, pero ya tenía tres tipos encima. Imposible progresar así. Sólo Gamba en algunas acciones ilusionó al local. Cuando el premio al esfuerzo físico del Ferroviario era irse al descanso 0 a 0, llegó el gol de Fernández sobre el epílogo del primer tiempo (no es la primera vez que River le hace goles a Central en un momento clave como ese). Son goles absolutamente desmoralizantes.
El ingreso de Farioli le dio mas dinámica al equipo, que salió a jugar con mayor ambición en el complemento. Por primera vez la visita tuvo que posicionar líneas cerca de Armani y el partido viró hacia la cabecera Norte. Algunas pelotas paradas y el amor propio del local entusiasmaron a su gente, pero el elenco de Demichelis supo enderezar el barco. Cuando el ingreso del Pulga Rodríguez avizoraba búsquedas mas inteligentes, pronto el golazo de Solari fue un sopapo de knockout. Quedaba tiempo pero los caminos hacia Armani se hicieron pedregosos. La jerarquía individual y colectiva generalmente tiene mayor peso que la voluntad y la entrega. Contra estos tipos de rivales se necesita algo mas.
Estaba dicho: las primeras dos fechas no son parámetros para el Ferroviario. Es muy díficil saber donde se está parado cuando en el amanecer del torneo te cruzas con los dos mas poderosos del fútbol argentino. Madelón está cimentando un equipo, pero el fixture le mandó dos ingenieros que le retrasan la obra. En la 3ra fecha contra Belgrano, ante un rival con fuerzas similares, podrá verse con mayor enfoque las virtudes y los defectos de un equipo que tiene 19 jugadores nuevos (¡diecinueve!). Antes hay que ir a La Bombonera, una cancha que para el Ferroviario tiene un antecedente glorioso y otro vergonzoso. Ante este proceso de construcción incipiente, estaría bien apelar al justo medio aristotélico: ni exceso ni defecto. Quizás sea difícil repetir la gloria del 67; pero, sobre todo, nadie quiere revivir la vergüenza del 2021. Un término medio no vendría mal.
Foto Prensa Central Cordoba
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