Un fiscal pidió la pena de cuatro años de prisión para uno de los jefes de la barra brava de Boca Juniors, Rafael Di Zeo, por el delito de «instigación a la formación de grupos destinados a cometer delitos en el marco de un espectáculo deportivo», contemplado en la ley de violencia en el fútbol.
El fiscal Aldo De la Fuente eligió esa figura en el marco del juicio oral en el que Di Zeo y otros dos barras comparecen acusados por los disturbios que se produjeron el 21 de julio de 2013 en cercanías del Estadio de San Lorenzo, en la previa de un amistoso entre ambos equipos.
Como consecuencia del enfrentamiento de dos sectores antagónicos de la barra brava xeneize, dos simpatizantes -uno de cada grupo- murieron. La acusación es sensiblemente menor a la que pesaba originalmente sobre los imputados, quienes llegaron a juicio como «instigadores» de los hechos que derivaron en los dos homicidios y, en ese marco, arriesgaban penas que podían llegar hasta la prisión perpetua.
El fiscal pidió para el jefe de la otra facción de la barra brava, Christian «Fido» de Vaux, la pena de tres años y medio de prisión, en tanto que el tercer acusado, Walter Fabián Coronel (ex aliado y hoy enfrentado con el sector que lidera la barra brava) sufrió un pedido de pena de tres años de cárcel.
Di Zeo es defendido en esta causa por los abogados Diego Storto y José Monteleone; De Vaux, por Raquel Pérez Iglesias y Daniel Dinucci y Coronel, por Fernando Herrera. El fiscal reclamó que las condenas incluyan la prohibición de asistencia a espectáculos deportivos y, en los casos de Di Zeo y Coronel, que se los declare «reincidentes», de modo que las penas en ambos casos deberían ser de cumplimiento efectivo.
Los tres imputados llegaron a juicio bajo una acusación genérica que indicaba que «dos grupos de individuos miembros de dos facciones diferenciadas de la hinchada de Boca, una de ellas identificada para ese entonces como ‘doce oficial’ y liderada por De Vaux, quien se encontraba presente en el lugar; y otra identificada como la «doce disidente», liderada por Di Zeo, quien también se encontraba en el sitio».
Ambas facciones -según aquella imputación- «mantuvieron un enfrentamiento armado para disputarse el poder de la ‘barra brava’ del club. Como consecuencia de la confrontación se produjo la muerte de Marcelo Ariel Carnevale por lesiones torácicas por impacto de proyectil de arma de fuego y hemorragia interna, y de Ángel Martín Díaz, también a causa de lesiones por proyectil de arma de fuego en abdomen, hemorragia interna y externa».
Sin embargo, en el juicio Di Zeo, De Vaux y Coronel pasaron de ser considerados «instigadores» de «homicidio agravado, lesiones graves agravadas y abuso de armas» a quedar imputados por figuras de menor relevancia en el Código Penal.
El fiscal De la Fuente explicó el cambio de calificación en que «no se logró determinar la identificación de las personas que efectuaron los disparos causantes» de las dos muertes y las heridas de los otros barras bravas. A Coronel, incluso, ni siquiera se lo pudo acusar de haber participado en la gresca, por lo que sólo fue acusado por la «introducción de armas en el contexto de un espectáculo deportivo».
El Tribunal Oral número 13, integrado por los jueces Adolfo Calvete, Diego Guardia y Enrique Gamboa, escuchará desde el próximo jueves los alegatos de las tres defensas (la querella no pudo pedir penas por una omisión procesal) y luego fijará fecha para la audiencia de últimas palabras de los imputados y anuncio del veredicto.
En la etapa de instrucción quedó determinado que «el motivo de la disputa, lejos de responder a la rivalidad propia del fútbol, habría estado dado para establecer cuál de esas dos facciones ocuparía la conducción de la barra oficial».
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