El 26 de junio de 2011, en el estadio Monumental, se concretó la crónica de un descenso anunciado. River bajó por primera vez de categoría tras perder la promoción ante Belgrano de Córdoba, en uno de los hechos deportivos de mayor impacto en la historia del deporte más popular del país. El empate 1 a 1 en Núñez y la derrota 2 a 0 en la ida determinaron que el Pirata subiera a primera y el Millo bajar a la B Nacional.
El segundo de los encuentros, disputado un domingo por la tarde, no llegó a su fin porque la violencia copó la escena. El árbitro Sergio Pezzotta dio por finalizado el partido antes de llegar al minuto 90′ debido a los incidentes, que incluyeron fuego en las tribunas y corridas en las afueras del estadio.
Familias enteras, hinchas de todo el país y menores de edad buscaban refugio mientras algunos manifestaban su bronca arrojando objetos contundentes y quemando lo que había a su paso.
Una de las instituciones más influyentes en la historia del fútbol, cuna de grandísimos jugadores y cuyas vitrinas tiene todos los trofeos posibles, bajaba a la segunda división. La misma cancha en la que se había pregonado siempre el paladar negro y el fútbol de alto vuelo, era testigo de la violencia producto de una rabia surgida a partir del resultado más negativo para los clubes que tradicionalmente jugaron el primera.
El Pirata dirigido por Ricardo Zielinski había hecho un partido perfecto en el partido de ida disputado en Córdoba. La mano de Adalberto Román derivó en el penal sancionado por Néstor Pitana y convertido por César Mansanelli. Cuando comenzaba el segundo tiempo, César «el picante» Pereyra aumentó la cuenta y Belgrano sacó dos goles de ventaja.
Apenas unos minutos después, en una de las imágenes más tristes de la historia de River, algunos barras ingresaron encapuchados al campo de juego para pedirle «huevos» a los jugadores. El cotejo fue detenido por Pitana hasta que los hinchas regresaron a la tribuna visitante en el «Gigante de Alberdi».
Ya en el Monumental, el comienzo fue ideal para el Millo, que ganaba desde los 5 minutos por un gol de Mariano Pavone. Sobre los 25′ llegó la gran polémica cuando Claudio Pérez le cometió un penal enorme a Leandro Caruso, pero Pezzotta cobró saque de arco.
Con el correr de los minutos, los nervios le iban jugando en contra a River, pese a que solo le faltaba un gol para salvarse. Para colmo, en el arranque del complemento, Guillermo Farré aprovechó un mal rechazo de Alexis Ferrero y convirtió el tanto que igualó el segundo partido y le devolvió la ventaja de dos en la serie a Belgrano.
Pezzotta sancionó un penal dudoso de Cristian Tavio a Caruso cuando quedaban 20 minutos para el cierre, pero Pavone no pudo con Juan Carlos Olave, que atajó el remate y empezó a sentenciar el resultado. El resto es historia conocida, con los vestidos de celeste festejando un ascenso soñado y River bajando a segunda división, mientras algunos hinchas rompían su propio estadio.
Si bien el presidente de River en el momento del descenso era Daniel Alberto Passarella, que se peleó con el titular de AFA, Julio Grondona, mientras su club peleaba por no descender, las responsabilidades del descenso también le caen a José María Aguilar, presidente desde 2001 hasta fines de 2009. Junto con su ladero, Mario Israel, tuvieron manejos muy cuestionables en cuanto a los recursos económicos y deportivos del club.
Las campañas negativas comenzaron con el último puesto de la mano de Diego Simeone en el Apertura 2008, torneo en el que Boca salió campeón. La elección de entrenadores y futbolistas que no estuvieron a la altura fue cada vez peor a medida que pasaron los años. Néstor Gorosito y Leonardo Astrada fueron los primeros que fallaron en el intento de enderezar el barco.
Con la llegada de Passarella a la presidencia, fue el turno de Ángel Cappa y, finalmente, de Juan José López. La última campaña de River antes de irse a la B no fue mala, porque de hecho esa temporada llegó a estar puntero en el Clausura 2011. Sin embargo, después de perder el Superclásico por 2 a 0 contra Boca en La Bombonera, el equipo se derrumbó.
La derrota de local conta Lanús en el Monumental lo mandó a jugar la Promoción, instancia que nunca había disputado en su historia. Tras la caída ya mencionada frente a Belgrano, River estuvo un año en la B Nacional y volvió al año siguiente ganando el certamen de la segunda división.
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