En los Pumitas casi no jugó, al punto que el entrenador equivocaba su nombre. Cuando lo vio jugar Les Cusworth, por entonces asesor del seleccionado mayor, dijo que con ese cuerpo de bailarina nunca podría llegar a nada. Todo eso fue un combustible que no hizo más que alimentar el fuego que lleva adentro. Quince años más tarde, Nicolás Sánchez se retira del rugby siendo uno de los jugadores más importantes en la historia de los Pumas.
La despedida del apertura tucumano, que dejó entrever después de un 2024 que empezó con un paso poco productivo en Japón. Terminó con una campaña de ensueño de regreso en Tucumán Lawn Tennis, su casa, se produjo a través de un emotivo mensaje en Instagram. “Hoy cierro una etapa muy importante de mi vida. Después de muchos años de dedicación, esfuerzo y pasión, he tomado la decisión de retirarme del rugby, un deporte que no sólo me formó como jugador, sino también como persona”, escribió.
Desde su debut en pleno Mundial 2011 hasta su último partido, el epílogo del Mundial 2023, se entregó al máximo por la celeste y blanca. Con esta camiseta alrededor de la cual orientó una carrera ilustre. Incluye además seleccionados juveniles, provinciales, Pampas XV, Jaguares, el Top 14 de Francia y la Top League de Japón.
Cuando tenía 19 años y jugaba en los Pumitas, Les Cusworth le dijo que si no fortalecía su físico nunca podría jugar en los Pumas. Lejos de amedrentarse, se internó en el gimnasio. Nunca fue un jugador muy dotado físicamente. Ni siquiera un habilidoso de esos tocados por la varita. En sus inicios, la puntería a los palos no era su fuerte. “Esa frase me ayudó a superarme. A veces estás arriba y no tenés que creértela, otras estás abajo y hay que tomarlo como aprendizaje para ser exitoso”, dijo Sánchez.
En cambio, toda su carrera estuvo signada por la vocación de superarse a sí mismo, aspirando siempre a ser el mejor jugador posible. Así se convirtió en un apertura punzante, capaz de perforar defensas con velocidad o generar espacio para sus compañeros de cara a la marcación rival. Sin una patada potente, se convirtió en un pateador quirúrgico merced a su mentalidad ganadora. En resumen, se erigió en un jugador indispensable para toda una generación, que le permite ganarse un asiento entre las leyendas de los Pumas.
Se despide como el máximo anotador en la historia del seleccionado con 902 puntos. Abarca 15 tries, 130 conversiones, 173 penales y 12 drops y cuarto que más jugó, con 104, además de 16 presentaciones en cuatro Mundiales (fue el goleador de Inglaterra 2015) y récord absoluto en puntos en el Rugby Championship (346). Números ilustres que no alcanzan a comprender del todo lo que significó el Cachorro para el rugby argentino.
Después de jugar dos partidos en el Sudamericano 2010, su debut oficial, tuvo su bautismo de fuego con el seleccionado en pleno Mundial 2011. Llegó gracias a la gran temporada en Pampas XV, en aquella expedición por Sudáfrica en la Vodacom Cup. Le tocó debutar como titular en el primer partido en la historia de los Pumas como locales en el Rugby Championship: el 25 de agosto de 2012 se calzó por primera vez la 10 para enfrentar a los Springboks en Mendoza. Salió reemplazado a los 14 del segundo tiempo, extenuado tras un titánico esfuerzo defensivo. Llegó al banco y se largó a llorar.
“Quiero destacarme por lo que puedo aportar en ataque”, dijo entonces. En diciembre de ese año se ganó la titularidad, relegando nada menos que a Juan Martín Hernández al puesto de centro, y no la soltó más.
Nicolás Sánchez y una carrera llena de obstáculos
Atravesó no pocas vicisitudes en su carrera, pero sorteó cada una de ellas con entereza, reinventándose siempre con la premisa de dar lo mejor para sí y para los Pumas. En 2019, tras una temporada irregular en Francia, perdió por primera vez la titularidad en el seleccionado; el Mundial de Japón fue uno de sus momentos más duros. Al año siguiente, luego de la pandemia, fue vital al marcar todos los puntos en la primera victoria en la historia de la Argentina ante Nueva Zelanda, en Sydney (25, producto de un try, un gol y seis penales).
Otras actuaciones memorables fueron los 15 puntos (dos drops) en la victoria 18-13 ante Francia en el Stade de France en noviembre de 2014; los 23 (8 de 9 a los palos) ante Irlanda en Cardiff para pasar a las semifinales del Mundial 2015; los 29 contra Japón en el test match de 2016 (récord personal con la celeste y blanca).
“Nico es un gran ejemplo de lo que es el deporte, del valor de aprender, no rendirse, esforzarse siempre, saber que la posibilidad está en cada uno de nosotros”, graficó Bernardo Urdaneta, exentrenador de Sánchez en las juveniles del Lawn Tennis y el seleccionado Naranja, en una entrevista con LA NACION. “En sus inicios no se destacaba por su talento, sino por su personalidad y forma de vivir el rugby. Tenía fortaleza y convicción en lo que hacía. Cuando le fue bien, aprovechó para crecer, y cuando no salían las cosas como quería, tuvo la capacidad de aprender”.
Después de Pampas emigró a Francia, donde alternó buenas y malas en Bordeaux y Toulon (allí aprendió mucho al lado de Jonny Wilkinson). Volvió a la Argentina para la aventura de Jaguares en el Super Rugby y provocó un cisma en 2018 cuando emigró otra vez a Francia en medio de la veda a los jugadores extranjeros, obligando a flexibilizar la norma. Cedió preponderancia en su cuarta temporada en Stade Français y se fue a Brive para tener rodaje y seguir en la consideración del seleccionado.
En 2022 volvió a perder la titularidad en los Pumas, pero nunca bajó los brazos y se ganó un lugar en el plantel mundialista del año siguiente. Aún como suplente, se las ingenió para ser determinante. Su patada fue clave ante Samoa para seguir con vida, llegó a 100 caps ante Chile, y sentenció el duelo de cuartos de final ante Gales con un try de intercepción sobre el final. El partido contra Inglaterra por el tercer puesto sería el último con la celeste y blanca.
Incluso tiró los últimos cartuchos en Suntory Sungoliath de Japón y su amado Tucumán Lawn Tennis en 2024, con la ilusión de tener un partido más para despedirse. Volvió a su ciudad natal para jugar el Regional del NOA y terminó siendo figura y campeón del mismo, del Torneo del Interior y del mano a mano con Alumni, válido por el Nacional de Clubes. Una campaña que marcaría un cierre muy emotivo para su carrera, pero que no le alcanzó para tener una última convocatoria con los Pumas. Lo merecía por su trayectoria.
“El rugby me dio mucho más de lo que podría haber imaginado. Me enseñó valores como el trabajo en equipo, la humildad, el respeto y la resiliencia. Pero, sobre todo, me permitió conocer personas extraordinarias: amigos, entrenadores, rivales y todos aquellos que me acompañaron en este camino”, continuó Sánchez su despedida en Instagram. “Me retiro con el corazón lleno de gratitud, llevando conmigo recuerdos imborrables y el orgullo de haber representado a este gran deporte. Aunque dejo de jugar, el rugby siempre será parte de mi vida.”
La creación de Tarucas, la franquicia profesional de Tucumán en el Super Rugby Américas, apareció como un incentivo más para que prolongara su recorrido. Su nombre sonó con fuerza, pero Nico no encontró en el tanque esa nafta que lo potenció toda su carrera. Suficiente para impulsarlo entre los jugadores imprescindibles en la historia del rugby argentino.
Fuente Doce Tv
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