Tigre tuvo esa cuota de suerte que a veces hace falta para destrabar un partido. Con un gol de carambola, le ganó a Central Córdoba en Santiago del Estero por 1 a 0 y superó un difícil escollo para meterse en zona de clasificación de su grupo y levantar la cabeza en el torneo.
El partido arrancó lento y plagado de imprecisiones. El local buscaba hacerse de la tenencia, pero más allá de controlar el juego un poco más, no era profundo ni generaba peligro. Tigre, muy lejos del arco rival, atinaba a agazaparse y esperar algún error que lo dejara con campo para poder lanzar un contraataque. Al menos en los primeros veinte minutos, eso no estuvo ni cerca de ocurrir.
El trámite no se modificó, aunque por momentos el Matador se paraba un poco más arriba en la cancha. Eso no se tradujo nunca en chances de gol. Literalmente, en todo el primer tiempo lo de Victoria no patearon al arco.
A la primera mitad le faltó de todo. Poca emoción y dos arqueros que casi no tuvieron que ensuciarse. Un remate desde afuera de David Romero para Tigre que sacó Alan Aguerre y un cabezazo apenas por arriba del travesaño de Juan Pignani fueron las aproximaciones en los 45 minutos iniciales.
Lo único que cambió en el arranque del segundo tiempo, es que los dirigidos por Diego Dabove buscaron salir a debatir la posesión de la pelota con Central Córdoba pero, como en todo el torneo, no tenía claridad en los últimos metros para transformar el manejo en ocasiones de gol.
Pero a veces la suerte también juega. A los 14 minutos, después de unos rebotes inentendibles en tres cuartos, la pelota terminó en los pies de Elías Cabrera, que remató sin destino, pero un desvío hizo que el balón se elevara por encima del cuerpo del arquero y se metiera en al arco. Era gol de Tigre y 1 a 0.
Después del gol, el local se vio obligado a ir a buscar. Y así lo hizo: se paró en el campo para presionar a Tigre, buscaba juego más directo, pero le ganaba el apuro.
Los de Victoria esperaban una contra para liquidar, pero la falta de claridad que se le viene viendo a lo largo del torneo también la sufrió este partido: malos controles de Romero mano a mano en dos oportunidades y un tiro muy débil de Héctor Fértoli que controló Aguerre hicieron que no pudiera estirar la ventaja.
En los últimos minutos, Tigre aguantó la embestida como pudo: por momentos con dureza, por momentos desordenado, pero aguantó. Y se llevó tres puntazos que valen un poco más que eso para acomodarse en la zona de clasificación pensando en los octavos de final del Clausura y también para seguir firme en la tabla de ingreso a copas internacionales.
El Matador jugará su próximo partido el fin de semana del 5 de octubre, aún con día y horario a confirmar. Será en el José Dellagiovanna, contra Defensa y Justicia.
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