La charla que mantuvo ayer Juan Román Riquelme, acompañado por el abogado de Boca, con Sebastián Villa y su representante no tuvo el efecto que esperaban en el Xeneize y este martes el atacante colombiano volvió a ausentarse de la práctica del plantel comandado por Miguel Ángel Russo, continuando con la presión para ser transferido, decisión unilateral que tomó el jueves pasado, cuando se fue del predio de Ezeiza para no regresar más.
Ayer, en horas de la tarde, Riquelme convocó a Villa y su agente para intimarlo a que retome sus obligaciones con el club y advertirlo de que si quería ser transferido necesitaba una oferta que colmara las expectativas de la dirigencia, algo que hasta el momento no pasó. Sin embargo, y tal como manifestó el jugador ante el Vicepresidente, la postura del colombiano de irse de Boca está firme y lo demostró este martes, cuando volvió a faltar a la práctica.
La charla que mantuvo ayer Juan Román Riquelme, acompañado por el abogado de Boca, con Sebastián Villa y su representante no tuvo el efecto que esperaban en el Xeneize y este martes el atacante colombiano volvió a ausentarse de la práctica del plantel comandado por Miguel Ángel Russo, continuando con la presión para ser transferido, decisión unilateral que tomó el jueves pasado, cuando se fue del predio de Ezeiza para no regresar más.
Ayer, en horas de la tarde, Riquelme convocó a Villa y su agente para intimarlo a que retome sus obligaciones con el club y advertirlo de que si quería ser transferido necesitaba una oferta que colmara las expectativas de la dirigencia, algo que hasta el momento no pasó. Sin embargo, y tal como manifestó el jugador ante el Vicepresidente, la postura del colombiano de irse de Boca está firme y lo demostró este martes, cuando volvió a faltar a la práctica.
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