Vélez Sarsfield se clasificó anoche a los octavos de final de la Copa Sudamericana agónicamente, igual que lo hicieron un rato antes Defensa y Justicia y, sobre todo, Lanús, al empatar 1 a 1 con Peñarol, en Montevideo, y verse favorecido por esa conquista como visitante, luego del empate sin goles registrado la semana pasada en el cotejo de ida en Liniers
Por eso no se lamentó el penal que le cometió el arquero ecuatoriano Alexander Domínguez a Sergio Núñez en el quinto minuto de descuento, ya que uno antes Thiago Almada había convertido el suyo para que los dirigidos por Mauricio Pellegrino, en su segundo partido internacional como técnico velezano, lograran el pasaporte a la siguiente fase de la competencia, en la que enfrentarán al colombiano Deportivo Cali, que esta noche eliminó por penales a su compatriota Millonarios.
La paridad entre ambos equipos quedó demostrada al cabo de los 180 minutos repartidos entre Liniers y Montevideo, a pesar de que los uruguayos tienen en sus espaldas una mayor carga competitiva que los argentinos, porque el campeonato local oriental comenzó mucho antes que la Copa de la Liga Profesiional.
Por lo tanto, esa igualdad lo que marca es una diferencia de jerarquía entre ambos, ya que el mayor rodaje de los orientales fue emparejado por la mayor consistencia individual de los del “Fortín”.
Claro que ese equilibrio terminó igualando hacia bajo, lo que derivó en sendos espectáculos que de eso mismo tuvieron muy poco, y de haber contado con público, seguramente podría haber derivado en alguna silbatina de reprobación.
Por eso, los dos magníficos escenarios en los que se desarrollaron ambos encuentros, tanto el José Amalfitani el miércoles pasado como el moderno Campeón del Siglo hoy, les quedaron demasiado grande a los protagonistas de sendos juegos.
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