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A 11 años de la muerte de Sandro

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Un 4 de enero del año 2010 se apagaba la voz de uno de los más reconocidos y queridos ídolos populares: Sandro, Roberto Sánchez. Más de 50 mil personas lo despidieron en el Congreso y más de 100 mil personas acompañaron su cortejo fúnebre, saludándolo a su paso y coreando sus canciones, desde la ciudad de Buenos Aires, a lo largo de la avenida Hipólito Yrigoyen, hasta el cementerio de Longchamps, en la provincia de Buenos Aires.

Hijo de Vicente Sánchez e Irma Nydia Ocampo, nació el 19 de agosto de 1945, en la Maternidad Sardá de la Ciudad de Buenos Aires. Su infancia, su adolescencia, sus primeros pasos en la música los vivió en Valentín Alsina (Lanús). Con los años, ya consagrado y hasta su fallecimiento, vivió en una mansión en Banfield (Lomas de Zamora) que se convirtió en un ícono, un orgullo para los habitantes de la zona.

Sandro admiraba profundamente a Elvis Presley y lo imitaba. En el acto escolar del 9 de julio de 1957, su maestra de 6° grado lo invitó a realizar esa imitación y provocó la ovación del público. Ahí comenzó su vocación por la música.

En 1969 compuso “Rosa Rosa”, que vendió dos millones de discos. Él contaba que el significado era solo una analogía entre la mujer y la flor, pero hay otra versión sobre el origen de esta canción.  Rosa Díaz, empleada doméstica de la familia de su productor artístico Jorge López Ruiz, inspiró la canción. Un día, Sandro entró a la cocina y entonó “Rosa, Rosa, que me preparaste”. Su productor le propuso escribir un tema y así surgió su gran hit.

El año 1966 marcó su debut en cine con la película Tacuara y Chamorro, pichones de hombre, que se filmó en la ciudad santafesina de Coronda, y las localidades de Maciel y Monje. Se estrenó en 1967 en el microcine de Coronda, con la presencia de conocidas figuras que visitaron  especialmente la ciudad para el estreno.

Esas adolescentes de los años 70, que comenzaron a seguir a Sandro en cada show y en su vida, nunca dejaron de hacerlo y fueron uno de los fenómenos más notables de su carrera. Por la permanencia, él las llamaba “mis nenas”. Cada 19 de agosto se reunían en su casa de Banfield para celebrar el cumpleaños de su ídolo, un ritual al que llamaron las “batallas del 19”. Montaban guardias, desde la noche anterior, bailando y cantando, hasta que Sandro salía, las saludaba y hasta abría un sector de su casa para recibir a un grupo. Su pasión sigue intacta hoy día.

Publicó 52 álbumes originales y vendió al menos ocho millones de copias. Su tema “Tengo” fue considerado por la revista Rolling Stone y la cadena televisiva MTV como el nº 15 entre los 100 mejores del rock argentino. Realizó 16 películas y fue el primer latinoamericano en cantar en el salón Felt Forum del Madison Square Garden. En 2005 recibió un Grammy Latino.

En febrero de 1968 se presentó y ganó en el Festival de Viña del Mar (Chile) y repitió el furor provocado en Buenos Aires. Viña le abrió las puertas de Venezuela, Colombia, Perú, Uruguay, Paraguay, Ecuador, México, Puerto Rico, Costa Rica, República Dominicana. Su éxito llegó a las comunidades latinas de Estados Unidos.