Siempre que pensamos en la palabra «Madrastra» tal vez por la influencia que tuvo «el maravilloso mundo de Disney» aunque en ésta época yo lo llamaría «el espantoso mundo de Disney» dónde mujeres esperan toda la vida al príncipe azul, dónde para ser feliz es absolutamente necesario vivir en un castillo, y dónde las Madrastras son malas (que en éste caso si coincido con Disney porque las que me tocaron a mí se acercan más al personaje vil y ruin que a la honrrada doncella)
En este poema Pablo Neruda se atreve a reemplazar la palabra Madrastra, que a decir verdad, es esa palabra por la influencia de Disney o los cuentos maravillosos que ya trae una connotación negativa, Pablo Neruda se rehusa a llamarla así a su Madrastra ya que nada tenía que ver con las características de los cuentos de carrozas. Porque su Madrastra o como bien el llamó su Mamadre fue la persona que le demostró amor, cariño y bondad por sobre todas las cosas.
Su Mamadre es la que lo crió, le enseñó, le demostró el camino y quién por sobre todo cumplió el rol de Madre en la vida de Pablo Neruda. Es a su Mamadre Trinidad Marverde a quien le dedica éste poema y éstas palabras que detallan el amor y la dedicación sobre todo de una madre.
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