Exclusiva | Plataforma de noticias

Audios y Noticias desde Santiago del Estero, para toda Argentina y el Mundo. Exclusiva | Plataforma de noticias

[Audio] El Arma de Celuloide, el cine como arma y la imagen de EE.UU en los conflictos bélicos

Por Pablo Argañarás, Licenciado en Cine y Televisión.
¡Compartilo!

     Los conflictos bélicos son todo un subgénero dentro del cine.  Las películas de guerra tienen sus fieles seguidores.  Desde los comienzos de séptimo arte fue un tópico que siempre se tuvo en cuenta.  Tanto es así que se trató de emular de maneras cada vez más realistas los campos de batallas.  Desde las guerras de la antigüedad, hasta los conflictos armados más actuales, se puedes trazar una línea de tiempo y ver la evolución de las batallas en el transcurso de la historia del cinematógrafo. 

     Guerras en la antigua Grecia, Roma, Egipto.  Guerra en Vietnam. La Primera y Segunda Guerra Mundial.  La Guerra Fría.  La de los Balcanes.  La Guerra Civil Española.  Guerras reales.   Un género cinematográfico avalado por el morbo.  Sustentado por la muerte, la sangre y la lucha.  El ser humano llevado al límite de su animalidad.

     Balas, bombas, granadas, explosivos de toda índole.  Humo, sirenas, misiles, llantos.  Batallas en el mar, en ríos y lagos.  Guerras en la arena, en la selva y en la tundra.  Trincheras con mil y un alambres de púa.  Uniformes militares color verde musgo, amarillos, azules.  Cascos de toda índole.  Armas desde las más rústicas hasta las más civilizadas (nunca el arma puede ser sinónimo de civilización).  Todas las armas tienen y conllevan algo de barbarie.  Explosiones.  Llantos de niños, mujeres, hombres.  Cambian las épocas, los lugares, los paisajes, la tecnología siempre al servicio de la maldita guerra.  Los ojos son rasgados, con párpados mas grandes o más chicos.  Con palabras que significan lo mismo pero dichas en mil idiomas o dialectos.  La mirada es la misma, de horror.  Los ojos son los mismos.  Las mismas manos, los mismos pies y los mismos dedos.  La sangre es siempre roja.  Las lágrimas las mismas.  El hombre contra el hombre.  Por intereses.  Siempre sometiendo al mismo hombre.  Por la tierra, por la plata, por la patria.  Nosotros y ellos.  Tiene que haber un otro para la guerra.

     Todo un gran juego perverso.  La guerra como juego.  El ajedrez.  Los soldaditos de plomo y plástico. Los videojuegos de guerra.  Desde sus orígenes, del Atari a la PlayStation.  Juegos en línea.  Juegos en el celular.  Jugar a la guerra.  A ser soldado.  Jugar a matar. Jugar a morir.  El hiperrealismo de los juegos.  La sangre que vuela por todos lados.  Cuanta más mejor.

     El cine como industria.  El cine como arte.  El cine como arma.  El arma de celuloide.  Los yanquis siempre son los buenos en todas las películas.  Nunca los malos.  Villanos de medio oriente.  Villanos vietnamitas.  Villanos Rusos.  Villanos de todas las razas y colores.  Ellos siempre buenos.  Las estrellas azules y bandas rojas y blancas.  La bandera yanqui.  Siempre buena.  Propiciando la paz a través de la guerra.  El Capitán América.  El buen Tío Sam.

     Las películas cada vez más realistas.  El Hiperrealismo pornográfico.  La violencia explícita.  Mares de sangre.  Cuanta más mejor.  El sonido de las bombas, el humo de las explosiones.  La cámara subjetiva.  La guerra en primera persona.  El espectáculo de la guerra.  Cada vez más cruento, violento, macabro.

     La guerra en la TV.  En la Web.  En las redes sociales.  No se ve nada.  No se ven muertos.  No se ven explosiones.  Tal vez a lo lejos.  Las imágenes bélicas son con visión nocturna.  Que no se muestre el horror.  No debe verse la sangre.  No debe verse los millones de niños llorando.  Mutilados y con hambre.  En los medios de comunicación se evita las imágenes del horror.  Los canales de TV, y las cadenas de noticias internacionales no muestran imágenes del conflicto bélico.  Salvo que sea alguna bomba o bala que haya caído del bando de los fuertes, de los adinerados, de los dueños de las cadenas que poseen los multimedios y propician las guerras.  El horror para mostrar un lado de la guerra.  Como si solo las balas de un bando mataran.  Como si los misiles de un solo lado explotaran.

     En la realidad se ocultan las imágenes de las guerras.  No debe verse la violencia.  La crudeza.  Apenas algún humo a lo lejos.  O «lucecitas en la noche».  Muy de lejos.  Nunca de cerca.  Nunca de día.  Nunca las víctimas de los poderosos. 

     En las películas y los juegos el hiperrealismo bélico.  En la TV y la Web se tapa la violencia, se ocultan las imágenes de la guerra.  Ellos. Los dueños de las salas,  de los canales, de portales web, de las armas, de las leyes.  Los dueños de la verdad, los dueños del circo.  Los dueños de cada vez mas tierra.  Ellos y los aliados.   Son los dueños y señores de la guerra.