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[Audio] El cine y los FX, creatividad y tecnología

Por Pablo Argañarás, Lic. en Cine y Televisión
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   Desde los primeros días del cine, los efectos especiales han cautivado y asombrado al público. Estas innovadoras técnicas han llevado a la pantalla grande mundos fantásticos, criaturas extraordinarias y espectaculares batallas cósmicas. En este artículo, exploraremos el fascinante origen y la emocionante evolución de los efectos especiales en el cine, desde sus comienzos hasta la actualidad.

   El origen de los efectos especiales se remonta a fines del siglo XIX, cuando el cine aún estaba en sus etapas más primitivas. En aquel tiempo, los pioneros del cine buscaban constantemente maneras de sorprender y maravillar a sus audiencias. Uno de los primeros sorprendentes efectos especiales fue creado por el legendario ilusionista George Méliès en su película «Viaje a la Luna» (1902). Utilizando técnicas como la superposición de imágenes y la creación de escenarios en miniatura, Méliès logró dar vida a un viaje espacial fantástico y surrealista.

   A medida que la tecnología cinematográfica avanzaba, los efectos especiales también evolucionaron. En la década de 1920, el cine mudo experimentó un importante avance con el uso del stop motion, una técnica que consiste en tomar una serie de fotografías de un objeto en diferentes posiciones y luego reproducirlas en secuencia rápida para dar la ilusión de movimiento. Figuras animadas como King Kong (1933) y los esqueletos de «El Séptimo Viaje de Simbad» (1958) se convirtieron en verdaderos hitos de la industria cinematográfica.

   Con la llegada del sonido y el color al cine, los efectos especiales encontraron nuevas vías de expresión. La película «El Mago de Oz» (1939) utilizó técnicas de matting para combinar imágenes en blanco y negro con secuencias en color, creando así el icónico y mágico mundo de Oz. En la década de 1960, el cine experimentó una auténtica revolución con la creación de los primeros efectos especiales generados por computadora. Películas como «2001: Una Odisea del Espacio» (1968), dirigida por Stanley Kubrick, mostraron por primera vez imágenes generadas por computadora, allanando el camino para el futuro del cine.

   A partir de la década de 1970, los efectos especiales en el cine se convirtieron en una parte integral de las producciones. Las técnicas tradicionales se combinaron con los avances tecnológicos para crear mundos completamente nuevos. La creación de modelos en miniatura, como las naves espaciales de «Star Wars» (1977) o el flamante DeLorean de «Volver al Futuro» (1985), se combinaron con efectos visuales generados por computadora, como la creación de personajes digitales o entornos imaginarios.

   En las últimas décadas, los efectos especiales han continuado evolucionando a un ritmo acelerado. La creación de mundos completamente digitales, personajes generados por computadora y efectos visuales cada vez más realistas ha llevado al cine a nuevas alturas. Películas como «Avatar» (2009) y «Avengers: Endgame» (2019) han roto barreras en lo que respecta a la combinación de acción en vivo y efectos visuales, sumergiendo al público en mundos increíbles y asombrosos.

   Los efectos especiales en el cine han pasado de ser trucos ingeniosos a convertirse en un elemento esencial de la narrativa cinematográfica. Desde los primeros experimentos de George Méliès hasta los avances digitales de hoy en día, los efectos especiales continúan empujando los límites de la imaginación y la técnica. Gracias a esta combinación de creatividad y tecnología, el cine sigue ofreciendo experiencias visuales y emocionales únicas que nos transportan a lugares que solo existen en nuestra imaginación.