Al filmar las imágenes para nuestra pieza audiovisual debemos tener en cuenta el área de cobertura espacial de lo que estamos grabando. No es lo mismo filmar un vasto paisaje que un pequeño elemento de joyería. Es diferente grabar la referencia de una persona en una inmensa salina que hacerlo en el frente de una casa de barrio. Las dimensiones espaciales son diferentes y por ello la percepción de la escala de los elementos que registramos en el cuadro va a ser distintas.
Debemos tener particular atención en donde se va a visualizar nuestra producción audiovisual ya que dependiendo de ello se grabará en una tipología de plano diferente. La pantalla del celular es pequeña entonces nuestras imágenes deberán poseer una composición que incluya más planos cerrados (cercanos a los elementos que filmamos). Si nuestra película será filmada con el fin de ser exhibida en pantallas de cine, será adecuado incluir composiciones que contemplen planos abiertos, o sea aquellos en donde se filmen extensiones de paisajes de grandes dimensiones. El gran tamaño de la pantalla en la sala de cine ayuda y colabora a la lectura visual de planos con un gran grado de abarcabilidad espacial.
En los Estados Unidos a medida que se conformaba la industria Hollywoodense se hizo necesario tener unos parámetros sintácticos de imagen en común en pos de una mejor fluidez de trabajo en serie de producciones de películas y un entendimiento en conjunto de numerosos grupos de trabajo. Uno de los códigos sintácticos visuales que se acordaron y pusieron en práctica fue el de la escala de planos. En ella se contempla los diferentes espacios que se van incluyendo en las tomas. Desde aquellos en donde la inmensidad de los paisajes prevalecen hasta los que se centran en un pequeño y diminuto detalle. Según lo que se incluya en el encuadre se irán conformando los planos de imagen en un orden de escala in crescendo.
El plano más abierto de la clasificación es el Gran Plano General (G.P.G.) que es cuando filmamos un enorme espacio sin referencia del ser humano. Le sigue el Plano General (P.G.) que es cuando ya la figura humana aparece como un elemento diminuto en el panorama del paisaje. El Plano General Corto (P.G.C.) es cuando el cuerpo humano ya cobra trascendencia en la imagen dentro de un espacio grande. Por ejemplo el frente de una casa en donde se observa a sus habitantes entraría en esta clasificación. El Plano General (P.G.) se centra en la cuerpo de la persona desde la cabeza hasta los pies sin cortar ninguno de ambos extremos del cuerpo. Le sigue el Plano Americano (P.A.) que sería desde arriba de la cabeza de nuestro personaje hasta arriba o debajo de las rodillas. Después se establece el Plano Medio (P.M.) que es nuestro actor desde arriba de su cabeza hasta por arriba o debajo de la línea de su cintura. El Primer Plano (P.P.) es desde arriba de la cabeza hasta por debajo de la línea de los hombros de nuestro actor. El Primerísimo Primer Plano (P.P.P.) abarca la imagen de nuestro figurante desde la mitad de su frente hasta la mitad del mentón. Por último el Plano Detalle (P.D.) es una aproximación a alguna parte del cuerpo humano específica o a algún elemento de la escena.
En los Planos Generales el protagonista es el ambiente, el paisaje y su escala. Desde el Plano Entero al Primerísimo Primer Plano el elemento destacado será siempre la figura humana en sus diversas aproximaciones a ella. El Plano Detalle puede ser de alguna porción del cuerpo humano o de algún elemento escenográfico que se desee destacar por alguna decisión del director. Las plantas, árboles, animales, vehículos y demás elementos que no sean humanos se consignan en esta distinción de escala como Plano Detalle. No interesa que a un perro, a un rosal o a un robot se le filme una porción o completo, siempre es correcto consignar sea cual fuera el grado de abarcabilidad con el que se lo filmó como Plano Detalle.
Otra cuestión interesante a tener en cuenta que en todos los planos jamás se corta a la figura humana en las uniones naturales del cuerpo. Las articulaciones deberán ser dejadas en cuadro y efectuar el corte por arriba o debajo de ellas, evitando así que parezca que el límite del cuadro “mutile” al personaje.
Es de vital importancia la selección de tal o cual plano a la hora de narrar con las imágenes. De la elección que se haga de ellos dependerá la correcta narración visual. Un buen director maneja a la perfección este tema ya que de la cadencia de selección de un plano tras otro iremos construyendo la narrativa audiovisual escena a escena e iremos propiciando una comunicación con nuestros espectadores. Una correcta selección de planos invita e involucra al espectador a prestar atención al producto audiovisual. Una mala selección de planos, por el contrario, aburre al público, lo distrae y ocasiona que lo que queramos comunicar quede sin anclaje.
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