Benito Martínez empezó su gira hace algunas semanas por el mundo. Es la primera y rompió todos los récords de venta de entradas. Con 26 años es el varón más escuchado del mundo el Spotify y es, además, un distinto.
En nuestro país se presenta el 4 de noviembre y los dos días en los que salieron a la venta las entradas, conseguir fue casi una odisea. Cientos de memes ante el caos y largas colas virtuales de más de 200 mil personas. ¿Qué pasa con el conejito malo? ¿Por qué genera tanto furor desmedido?
Bueno, para empezar, el vínculo que este cantante tiene con todo lo que no es varón cisgénero es importante a la hora de analizar el fenómeno. Porque no son solo sus letras sino también sus poses, su ropa y su impronta . Es cierto, no es el primer artista que se pinta las uñas, muchos pasaron por ahí y de tantos muy poco significó.
De hecho, Benito estuvo vinculado a una polémica muy nacional que lo cuestionó por posar con ropa de mujer para una conocida marca muy internacional. La problemática, en realidad, vino aparejada de un cuestionamiento válido pero a su vez bastante inútil: las marcas y los medios de comunicación subiéndose a la ola de los feminismos para ganar dinero. El famoso pinkwashing o rainbow washing. O también podemos llamarlo la adaptación del sistema capitalista a las cositas en las que ahora creemos y estamos convencidxs.
A su vez, la crítica certera a los aplausos dedicados a un varón que se supone heterosexual y cisgénero en un mundo que, en realidad, discrimina fuerte a quienes en la diaria se visten así. O sea mujeres y todo lo que no es varón cis hetero. De hecho, la misma marca luego de la publicación de Bad Bunny, publicó otra campaña con dos varones besándose y les juro que no quieren leer los comentarios. O sea, aplausos para uno, lapidada para otros. En fin la hipocresía.
Benito suele vestirse con ropa «de mujer», aunque cuando le preguntaron porqué, él respondió que no tiene género su ropa y que él es tan canchero que usa lo que se le canta sin que eso signifique mucho más que lo que se ve. Carteras, aritos , trencitas con brillos.La estética «femenina» es parte de su clóset y sabe jugar con eso de una forma bastante natural. Escuché que con esas cosas en realidad solo busca transgredir pero este análisis no se queda solo con lo estético y, si a las modas las acompañamos con ideología, la transgresión toma otro color.
El mundo del reggaetón (y el de la música en general) es complejo y es machista. Las voces de las nuevas generaciones pareciera que buscan modificar las cosas pero las letras sostienen otro discurso. Las mujeres aparecen siendo objetos hipersexualizados, culos cada vez más gigantes, dinero, marcas, ostentación y putas. Por sobre todas las cosas, nosotras, re putas. Desde los movimientos feministas la discusión sobre qué bailamos cuando bailamos, está dada. Y si bien desde los años 60 hasta acá las cosas cambiaron rápido y un montón, la cuestión cultural de qué y quién te hace mover el ogt sigue casi intacta pero el derecho a bailar, es motor. Ojo. No es la misma situación para las mujeres del reggeatón o del trap, que hoy tienen mucha presencia y también, varias, conciencia de género. Pero de eso no se trata esta nota.
La problemática de la violencia simbólica está arraigada también a miradas conservadoras que se pierden de perrear y bailar transpiradas hasta el piso porque el 70% de los temas nos insultan o subestiman. Y acá creo que hay una diferencia que marcar para seguir, las que bailamos ya sabemos que lo que escuchamos es una mierda pero bailamos igual porque ya bastante triste es la realidad. Eso parece mucho más a una evolución que la queja constante por la repetición de patrones.
Aún así, si hablamos de Bad Bunny, todo ese párrafo podría no estar. Este cantante puertoriqueño le canta, por sobre todas las cosas, a las mujeres solteras. Pero no desde la mirada masculina sino desde la libertad. Ahre. Igual si. La posibilidad de decidir, de guerrear, de salir con amigas a bailar y que no sea necesario un varón, es una realidad en las letras de Benito. Pero no sólo eso, la oportunidad de que una Bichiyal (forma despectiva pero a su vez reivinidicadora de nombrar a mujeres de clase baja que usan ropa de marca y les interesa el dinero en puerto rico) guste tanto de hombres como de mujeres, está. En sus letras la realidad sexual de las nuevas generaciones también existe. La bisexualidad es parte y rompe con la heteronorma impuesta en muchos temas de su disco YHLQMDLG (Yo hago lo que me da la gana).
Por otro lado, en el 2020 cuando se presentó en el programa de Jimmy Fallon, se abrió el saco y mostró una remera que decía «Mataron a Alexa, no a un hombre con falda», haciendo referencia al travesticidio de Alexa Ruiz, una mujer transgénero, pobre y sin hogar que fue asesinada luego de que se viralizara una foto de ella en un baño de mujeres de un mcdonadls. En Puerto Rico ese crimen fue una conmoción. Las redes sociales se llenaron de fotos de Alexa, de burlas, de memes y un día después, apareció baleada en un descampado. La frase que usó Benito habla del compromiso del artista por la lucha de la comunidad LGBTQI+. Obvio, sabemos que no alcanza con una remera pero a su vez siempre es mejor que exista a que no exista.
Mientras escribo esta nota pienso que qué ridículo tener que enumerar las razones por las cuales un artista es o no feminista. Como si ser feminista se pudiera medir, como si yo, una periodista random de Argentina, tuviera la potestad para decir quién es o quién no es aliado.
Pero lo cierto es que, a su vez, me encontré con muchísimas preguntas a la hora de hablar de este tema. Preguntas que me llegaron, de chicas que tenían cancelado al conejito por el simple hecho de que hace reggeatón pero además preguntas propias. De qué consumimos, de porqué estos casos son fenómenos en ventas, de cómo, aunque no lo veamos, la cultura despacito cambia y nuestros gustos, deseos y pasiones masivas, también lo hacen.
Cuando mi mamá era adolescente, se tenía que sentar a esperar que un muchacho la saque a bailar porque sino «planchaba». O sea, se quedaba sentada toda la noche. Pasaron varias décadas, cambiaron mil cosas y este señor le hace honor a una actualidad ecléctica y aún hostil para todo lo que no es ser un varón cisgénero. Pero a su vez es incisivo en algo que hoy nadie se anima siquiera a poner en duda: perrear sola es un derecho adquirido.
Aclaración importante: después de haber escuchado y analizado la carrera de este cantante, dos cosas. La primera es que estoy en condiciones de sostener que Benito es piola solo, cuando realiza colaboraciones con otros artistas, hay más pifies e incomodidades. Y la segunda es que tanto esta nota como el video son análisis de lo que Bad Bunny ya grabó e hizo y no son válidos para el futuro.
Por Paula Giménez para Filonews
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