Desde el 2014 todos los 28 de mayo se celebra el Día de la Higiene Menstrual, una fecha para entender la importancia que tiene para las niñas, mujeres y personas que menstrúan el acceso a una correcta salud e higiene menstrual (SHM), un concepto que abarca también aspectos como el bienestar, la igualdad de género, la educación y el empoderamiento de la población menstruante.
La falta de acceso a una correcta SHM es una problemática mundial que, lejos de afectar solamente a las mujeres y personas menstruantes, repercute en el desarrollo de todas las sociedades al impedir el acceso a una correcta educación de niñas en edad escolar y dificultar su posterior inserción en el mundo laboral.
Un estudio desarrollado por la marca Always demostró que 1 de cada 5 chicas de nuestro país faltó alguna vez a clases por no tener acceso a toallitas, lo que se traduce en hasta 50 días de escolaridad perdidos en un año.
Si bien la pobreza menstrual es definida por la falta de acceso a los productos de higiene femenina, hay otros factores claves que afectan a las más de 800 millones de mujeres que menstrúan diariamente a lo largo del planeta.
Por ejemplo, la correcta implementación de dicha higiene, el acceso a agua potable e instalaciones sanitarias en condiciones y, por sobre todas las cosas, a una correcta educación menstrual desde la temprana edad.
La importancia del agua y el saneamiento
De acuerdo a un estudio realizado por Unicef junto a la Organización Mundial de la salud, alrededor de 2.200 millones de personas en todo el mundo no cuentan con servicios de agua potable mientras que 4.200 millones no cuentan con servicios de saneamiento seguros y 3.000 millones carecen directamente de instalaciones básicas para el lavado de manos.
En el caso de las mujeres que atraviesan esta situación, la falta de acceso a servicios de saneamiento y agua potable seguros hace que sean más propensas a desarrollar infecciones vaginales, problemas del tracto urinario y de salud reproductiva.
El ausentismo escolar
El ausentismo escolar ligado a la pobreza menstrual parece algo lejano, sin embargo es algo frecuente que ocurre tanto en países ricos como en aquellos donde se dan casos de mayor desigualdad social. De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo, 2 de cada 5 niñas en países en desarrollo pierden hasta 5 días de clases al mes por falta de agua y baños en las escuelas.
La estigmatización del periodo
A lo largo del mundo son muchas las comunidades donde la menstruación es un tabú, y cientos de mitos y leyendas se crean alrededor de ella. Situaciones de la vida diaria donde, por ejemplo, niñas esconden las toallitas por vergüenza, la estigmatización del periodo refuerza la errada premisa de que la biología femenina tiene una connotación negativa.
«Una higiene menstrual correcta y segura es sin dudas una deuda que el mundo entero tiene para con las mujeres que lo habitan. Es imposible pensar en una solución a esta problemática que involucre a un único actor, por lo que la acción conjunta de gobiernos, empresas, organizaciones sin fines de lucro y la ciudadanía entera serán la clave para erradicar la pobreza menstrual», aseguran desde Always.
Por eso, y con el objetivo de disminuir el ausentismo escolar en niñas argentinas que no pueden acceder a productos de higiene menstrual, Always entregó más de un millón de toallitas a lo largo de 320 escuelas rurales de todo el país, en el marco de la tercera edición de su campaña #MásToallitasMenosFaltas.
Con este millón de unidades entregadas, y tras los esfuerzos llevados a cabo en las dos ediciones anteriores, Always logró superar los tres millones de toallitas, llegando a más de 7.500 niñas a lo largo de 16 provincias del país.
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