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La primera jugadora trans de fútbol de Rosario llamó a «superar prejuicios y miedos»

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Télam

La actual defensora del club Agrupación Deportiva Infantil Unión Rosario (Adiur), de la categoría A de la Liga Femenina de Fútbol, es una referente de las chicas transgénero que juegan al fútbol en esta ciudad.

Laura López, de 38 años, señaló que su objetivo “no es convertirse en una jugadora profesional”, sino en una referente y guía de otras chicas trans, “que por ahí no se animan a jugar al fútbol, por viejos prejuicios o esos miedos al qué dirán”.

La defensora de Adiur, que empezó a jugar al fútbol hace una década, dijo que si bien en un principio tuvo algunas dificultades para jugar, dirigentes e instituciones la terminaron aceptando e incluyendo en los planteles de fútbol femenino.

“Yo empecé siendo arquera en un grupo de amigas, que participaban de un torneo de fútbol 5, pero luego dejé ese puesto, porque tenía más condiciones para jugar en cancha que en el arco”, comentó.

Más tarde, dijo que empezó a jugar en ligas rosarinas: “Ya tenía el DNI trans y jugué en muchos clubes, y por eso es que acá en Rosario me conocen casi todos”.

López recordó que el único problema que tuvo en su carrera, por ser jugadora transgénero, fue en una liga femenina de la vecina localidad de San Lorenzo.

“Ahí no me querían dejar jugar, y como amenacé recurrir a un abogado y denunciar el hecho ante el INADI, finalmente me autorizaron».

Finalmente, fue contratada por el club Argentino de Rosario, “para jugar en la Primera B del fútbol de AFA», señaló y resaltó que «esa fue la oportunidad para arrancar» y que ahora juega «de lateral derecho en Adiur”.

“Conozco muchas chicas trans que quieren jugar al fútbol, y sé que me tienen por ahí de referente. A esas compañeras les digo que nunca bajen los brazos, luchen por sus sueños y no se dejen vencer por prejuicios o críticas malintencionadas”, subrayó.

La futbolista reconoció que sin el apoyo de su familia «no hubiera estado en el ambiente del fútbol: «Ellos siempre me alentaron y eso mismo pido a familiares y amigos de las chicas que quieren jugar al fútbol y no se animan”.

“A mí no me daba miedo que no me dejaran jugar, lo que sí me daba mucha vergüenza, por ejemplo, es estar jugando y que me saquen de la cancha por mi condición trans. Por suerte, todo eso quedó superado”, remarcó.

Por esa razón, cada vez «que me presentaba a jugar en una liga amateur de Rosario les decía la verdad. Soy una chica transgénero. Es preferible eso a tener que pasar después malos momentos”, agregó.

“Si esto que estoy viviendo me hubiera pasado siendo más joven, quizás mi objetivo hubiera sido ser profesional, pero ahora, con 38 años, mi meta es ser vendible y referente de otras chicas trans, que quieren jugar al fútbol”, concluyó.