Si bien parecía que una institución conservadora como la Real Academia Española había dado por fin un paso en post del lenguaje inclusivo, lamentablemente la esperanza duró poco, porque el pronombre “elle” que se había incluido en el portal hace pocos días, fue finalmente retirado.
Hace apenas cuatro días, precisamente el pasado 27 de octubre, la RAE era noticia en todo el mundo de habla hispana por su inclusión en el Observatorio de palabras.
«Gracias por su interés. Debido a la confusión que ha generado la presencia de ‘elle’ en el Observatorio de palabras, se ha considerado preferible sacar esta entrada. Cuando se difunda ampliamente el funcionamiento y cometido de esta sección, se volverá a valorar», informó el portal en un comunicado y luego en un tuit ante las reiteradas consultas de los usuarios en la red social.
La palabra fue retirada el viernes pasado, pero esto pasó inadvertido para la mayoría de los entusiastas que habían entendido que la RAE «ya incluía» su uso o que evaluaba hacerlo, mientras que el «observatorio» lo único que hace es armar un listado de «neologismos, extranjerismos, tecnicismos y regionalismos» no incorporado al diccionario pero cuyo uso generan dudas.
La RAE y el lenguaje inclusivo
La entrada dedicada a «elle» que tanto entusiasmo generó, sobre todo en las personas que abogan por la inclusión de minorías o en contra de la cultura patriarcal reflejada en el idioma español, especificaba: «El pronombre ‘elle’ es un recurso creado y promovido en determinados ámbitos para aludir a quienes puedan no sentirse identificados con ninguno de los dos géneros tradicionalmente existentes».
También resaltaba algo que los usuarios no tuvieron en cuenta: «Su uso no está generalizado ni asentado», dos características importantes para que un vocablo pase a formar parte del diccionario de uso de la lengua española. Para que una palabra sea incorporada debe tener un uso frecuente y sostenido en el tiempo.
Como lo indica su presentación, el portal ofrece información sobre palabras (o acepciones de palabras) y expresiones que no aparecen en el diccionario, pero que han generado dudas» y más adelante especifica: «esta información es provisional, pues no está contemplada en las obras académicas, por lo que puede verse modificada en el futuro. La presencia de un término en este observatorio no implica que la RAE acepte su uso.»
Las entradas «ciberataque», «mutear», «videollamada», «espóiler» y «guglear» son parte de las no más de cien palabras que por ahora recoge el ya polémico «observatorio», que en una semana de su creación a provocado reacciones en los conservadores de la lengua y entusiasmo en los que quieren ver reflejada en su habla una sociedad más inclusiva.
De esta manera, la RAE promete que cuando se conozca más el funcionamiento y cometido del Observatorio de palabras se volverá a tener en cuenta este pronombre personal de la tercera persona que refiere a las personas que no se sienten identificado con el pronombre masculino ni el femenino.
La entrada borrada aclaraba también (como un guiño académico) que el uso de «elle» ya lo recoge el diccionario como el nombre del «dígrafo» (signo ortográfico de dos letras que representan un solo sonido). Un lugar que ya ocupa otra palabra y podría presentar confusión, aunque la lengua tiene homónimos.
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