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Las leyes homofóbicas de Hungría generan rechazo en Europa y dejan en offside a la UEFA

Los dirigentes del futbol europeo rechazaron una petición de Alemania de iluminar con los colores de la bandera del orgullo gay el estadio de la ciudad de Múnich donde juegan Alemania contra Hungría.
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Ciudades, compañías y diarios alemanes desplegaron este miércoles en sus calles, cuentas de Twitter y ediciones los colores del colectivo LGBTIQ+ antes de un partido de fútbol entre Alemania y Hungría y en rechazo a leyes discriminatorias de la homosexualidad promulgadas por el Gobierno húngaro.

La decisión llega después de que la UEFA fuera también blanco de fuertes críticas por rechazar una petición de Alemania de iluminar con los colores de la bandera del orgullo gay el estadio de la ciudad de Múnich donde los seleccionados alemán y húngaro se enfrentarán este miércoles a la noche por la fase de grupos de la Eurocopa.

La bandera, que lleva los colores del arco iris, apreció por primera vez en 1978 y está inspirada en la canción «Over the Rainbow».

El rojo representa la vida, el naranja la salud, el amarillo al sol, el verde representa a la naturaleza, azul significa serenidad y por último el morado, que representa la espiritualidad.

Al denegar a la ciudad de Múnich, capital del estado alemán de Baviera, su solicitud para iluminar su estadio con los colores de la bandera, la UEFA desencadenó las críticas y suscitó un movimiento de solidaridad en Alemania.

La urbe bávara pretendía protestar contra una ley aprobada a mediados de junio en Hungría, a iniciativa del partido del primer ministro Viktor Orban, que prohíbe la difusión delante de menores de contenidos sobre la homosexualidad, así como otras leyes discriminatorias del colectivo LGBT.

Varios estadios de fútbol de Alemania serán así iluminados de la misma forma, de Frankfurt a Colonia, pasando por Wolfsburgo, Augsburgo, y el estadio olímpico de Berlín.

Varios periódicos alemanes, como el Süddeutsche Zeitung, se adhirieron al movimiento con sus portadas coloreadas. Los pesos pesados de la economía bávara, Siemens o BMW, también lucieron en Twitter los colores arcoíris.

La empresa de ferrocarriles Deutsche Bahn hizo lo mismo con una de sus locomotoras mostrando un eslogan de promoción de la diversidad.

La UEFA aseguró compartir por completo los valores de tolerancia promovidos por esta iniciativa, pero en tanto «organización política y religiosamente neutra», dijo que rechazaba dar pie a un mensaje dirigido específicamente a un país o a un Gobierno.

La decisión de la UEFA fue saludada por el Gobierno de Orban.

«Gracias a Dios, los dirigentes del fútbol europeo dieron prueba de sentido común (…) al no participar en lo que habría sido una provocación política hacia Hungría», expresó el canciller húngaro, Peter Szijjarto.

Pero causó una ola de indignación en Alemania y en el conjunto de Europa.

«La ley es una vergüenza. Claramente discrimina a personas con base a su orientación sexual. Y lo hace en contra de valores fundamentales de la Unión Europea», dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.


En términos parecidos se expresó el alcalde de Múnich, el socialdemócrata Dieter Reiter.

«Encuentro vergonzoso que la UEFA nos prohíba, aquí en Múnich, enviar una señal por el cosmopolitismo, la tolerancia, el respeto y la solidaridad con las personas de la comunidad LGTB», denunció, informó la agencia de noticias AFP.

«Es verdad, un campo de fútbol no tiene nada que ver con la política. Se trata de personas, de igualdad, de tolerancia. Y por eso la UEFA ha enviado un mensaje equivocado», insistió el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas.

«La UEFA se enredó un poco porque de hecho su decisión de rechazo es también una decisión política», lamentó por su parte Clément Beaune, secretario de Estado de Asuntos Europeos francés.

La cadena de televisión pública alemana ARD habló de un «gol en contra» marcado por la UEFA.

La UEFA se mantuvo firme con su postura, aunque luego de la polémica sorprendió al vestir con los colores del arcos iris su propio logo de Twitter y en un giro virtual reafirmó su «fuerte compromiso» contra la homofobia.