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Lucía de Gran Hermano: “Quisieron mandarme a una psicóloga para convertirme en heterosexual”

La participante contó que su familia quiso enviarla a una terapia para "curarla", uno de los métodos de discriminación que sufre la comunidad LGTBQI+.
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Lucía Maidana, una de las participantes de Gran Hermano, les contó a sus compañeras acerca de la falta de aceptación por parte de su familia hacia su novia y que además quisieron enviarla a que realizara un tratamiento para «convertirse» en heterosexual.»A mi casa (mi novia) no puede ir. A la casa de mi abuela, sí va. A la casa de mi tío también. A mi casa no», comenzó expresando. Al tiempo que Catalina le preguntó: «¿Pero por qué motivo?».

«Porque mi papá la ve y la mata, básicamente. Mi papá la enfrentó y mi novia se le plantó que es como plantársele a un militar», continuó, al tiempo que siguió dando detalles de cómo vivió esta situación dentro de su familia. «A mí me quisieron mandar con una psicóloga, de España que ‘te curaba’. No sé qué te harán. A mí dijeron de electroshock. Para mí es re normal esto de que te ‘quieran convertir'», manifestó la participante oriunda de Salta.

Además relató que su familia «pertenece a un lugar de élite» de la provincia, donde suele organizar una tradición, un baile al que a los 15 años «un chico te tiene que invitar». «Los socios solo pueden ser hombres. Se llama ‘El Baile de Jovencitas’, eso se usaba para que los hombres conozcan a las hijas y se vean los apellidos», profundizó. Se trata de El Club 20 de Febrero, espacio fundado fundado en 1858 y todavía mantiene prácticas de la época.

¿Alguna vez escuchaste hablar de las terapias de conversión? 

Desde Amnistía Internacional, realizaron un comunicado a partir del testimonio de Lucía para concientizar respecto a estas prácticas, un método de violencia e intolerancia sobre la diversidad y orientación sexual de personas LGTBQI+.

«Como ‘método’ se usan exorcismos, electroshocks y hasta violaciones ‘correctivas’ que causan profundos traumas a las personas que las sufren y, por eso, la ONU concluyó en que las terapias de conversión pueden equivaler a tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes. Tan es así, que en algunos países como Malta y Ecuador las terapias de conversión son consideradas delito. España y Estados Unidos las prohibieron en algunas jurisdicciones locales y los parlamentos de Canadá, Francia, Alemania y Albania las abolieron», informa la organización por los derechos humanos.

«Lo que acá necesita tratamiento es el odio por orientación sexual y expresión de género; ¿y el método más efectivo cuál es? La ESI. No hay una sola forma de habitar nuestra sexualidad y tenemos derecho a vivir libres de violencia y discriminación, sea cual sea nuestra identidad», cierran, enfatizando la defensa de la Educación Sexual Integral, que es ley (26.150) desde el 2006.