En el actual contexto de pandemia muchas personas en situación de vulnerabilidad se vieron obligadas a permanecer en sus casas con sus agresores. El 2020 nos dejó un aumento de consultas a los organismos oficiales por situaciones de violencia de género y un total de 329 muertes violentas de mujeres, lesbianas, travestis y trans de las cuales 270 son femicidios directos. El único delito que no bajó en 2020.
La pandemia aún no termina, al contrario, vuelven a crecer los casos y la violencia es un hecho social que debe atenderse urgente ya que nuestras vidas corren peligro.
La esperanza de que el Estado se haga cargo de abordar seriamente la violencia machista y en la implementación de las nuevas medidas de restricción de circulación u otra de prevención del Covid se considere la realidad de las víctimas del machismo. Deben continuar, e informarse de manera masiva, la autorización de libre circulación en cualquier horario para personas en situación de violencia de género, sus hijes y acompañantes aún sin contar con el permiso de trabajador esencial. Esto resulta vital para poder acercarse a denunciar y alejarse del lugar que comparte con el agresor y así cuidar su integridad física y/o emocional así como también la protección de niñes si se diera el caso.
Asimismo se debe avanzar en la implementación del Plan Nacional de Acción contra las Violencias por Motivos de Género con vigencia 2020-2022 e incluir la perspectiva de género en los Comités de abordaje de la pandemia a nivel nacional, provincial y locales.
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