A la final de La voz argentina llegaron dos mujeres y dos varones, pero el público votó y se inclinó por un varón. Ganó Nicolás Behringer. Un varón, otra vez, como cada vez, cinco en total, en que se desarrolló este programa en el país. Este artículo no pretende cuestionar al ganador sino hacer una serie de preguntas en torno a por qué no ganan mujeres. Por qué no son elegidas si las capacidades, no solo de las que llegaron a la final, sino de otras que quedaron en el camino (Nathalie Cajigal, por ejemplo) eran excelentes.
Es sabido que en la mayoría de los ámbitos electivos predominan los hombres. Tal es así que se desarrollaron acciones positivas para tratar de equilibrar la participación de las mujeres en los puestos políticos electivos. De hecho, este país es pionero en establecer la ley de cupo en 1991, para asegurar un piso del 30 por ciento a las mujeres, y desde 2019 estableció la paridad. Aun así son minoritarias las listas encabezadas por mujeres, por lo que la composición de las cámaras del Congreso o de los órganos legislativos locales y provinciales suelen tener mayoría varones. Según el informe Candidatas 2025 desarrollado por Data genero, Ojo paritario y Friedrich Ebert, este año solo el 36 por ciento de las listas entrables para el Senado son encabezadas por mujeres. En las provincias que ya tuvieron elecciones este 2025, ninguna aumentó la participación política de las mujeres. Las mujeres no encabezan listas competitivas y tienen menos chances de ser elegidas. Además, es la primera vez en 20 años que no hay ninguna gobernadora. Solo el 15 por ciento de las intendencias está en manos de mujeres y el 83 por ciento de esas intendencias son de la ruralidad.
Las audiencias
Ahora bien, en este caso, se trata de otro tipo de elecciones, si se quiere más espontáneas, producidas desde el sillón de casa. En las que no se requiere mayor compromiso ideológico ni está en juego el futuro o la situación económica y social de quienes votan, y donde aparentemente el valor primordial que rige es el gusto musical y la evaluación de un saber vocal. Lo que lleva a preguntarse cómo se construyen esos gustos y qué se espera que sea un ganador o ganadora. Incluso habría que preguntarse cómo impacta el aspecto físico de quienes ganan.
Por supuesto que es un reality show y hay otros condimentos que influyen. Las historias de vida que conmueven, por ejemplo, como la del ganador de este año, o la de 2021, que tenía una discapacidad. Pero ¿no hay mujeres o personas LGTBI+ con historias de vida de lucha, de sacrificio, que conmuevan?
La otra pregunta que puede hacerse es ¿quiénes votan? En estos días le dijeron a esta cronista, varias veces, casi como acusación, que el problema es que las mujeres eligen a hombres; como si eso lo justificara algo. Es similar a cuando dicen que son las mujeres las que crían varones machistas. Sí, así funcionan la división sexual del trabajo y los estereotipos de género.
No se sabe exactamente quienes ven La voz argentina aunque se puede hacer una aproximación. Los estudios de audiencia televisiva indican que el consumo disminuyó en los últimos años, especialmente entre los jóvenes. La televisión es vista con mayor frecuencia por adultos mayores de 50 años, mientras que la audiencia más joven, como la Generación Z, prefiere plataformas de streaming. En ese sentido, La voz argentina de este año combinó ambos formatos. Según la encuesta nacional de consumos culturales, aunque la televisión de aire sigue siendo dominante entre los consumos, se ha observado un declive significativo entre los jóvenes de 18 a 29 años. El estudio Soft: Instar Analytics de 2023 revela también que el 56 por ciento de las audiencias televisivas argentinas está representadas por mujeres, mientras que el 44 por ciento son hombres, y el rango etario con más presencia es el 50+ años con un 49 por ciento, seguido por un 21 por ciento correspondiente a la edad de 35 a 49 años. En cuanto al nivel socioeconómico, el 60 por ciento concierne al bajo, 27 por ciento al medio y 13 por ciento al alto.
La voz en el mundo
La voz es un formato creado en los Países Bajos (“The Voice of Holland”) en 2010. Desde entonces se adaptó en muchas partes del mundo. Se estima que hay unas 74 versiones locales activas del formato principal (“The Voice”) y versiones relacionadas en unos 75 países.
La voz argentina se produce desde 2012 y tuvo cinco ediciones. Si se compara la final de las cinco, puede verse que en tres de ellas llegaron tres varones y una mujer a la última instancia. Mientras que en dos, incluida la de este año, la final fue paritaria. Sin embargo, ninguna mujer logró romper la pantalla y lograr el apoyo popular.
¿Qué pasa en otros países? Como se observa en este gráfico, elaborado a base de fuentes públicas de medios de comunicación y la web, en la mayoría de los países consultados ganaron más varones que mujeres, solo Australia muestra paridad.

Así en la muestra de 15 países se observa que:
* Los hombres ganan más del 60 por ciento de las temporadas.
* En algunos países, como Estados Unidos y Brasil, el porcentaje de ganadores varones ronda el 70 por ciento.
* Solo en casos como Australia o Alemania se acerca a la paridad (50/50).
* Las mujeres suelen ser más visibles como finalistas o coaches, pero menos como ganadoras del formato principal.
Una sola persona que se identifica como no binaria, Anny Ogrezeanu, ganó de The Voice of Germany (temporada 12, 2022). Y hubo un ganador que se identifica como LGBTIQ+ Asher HaVon (ganador de The Voice EE. UU., temporada 25), el primer ganador abiertamente LGBTQ+ / queer del formato en EE. UU. No hubo personas trans ganadoras.
Si se comparan países de América Latina, la brecha es mayor, con algunas particularidades. La versión uruguaya, que tuvo tres ediciones, fue ganada siempre por varones. Colombia y República Dominicana presentan paridad y llamativamente Perú es la excepción, con más ganadoras mujeres.

Esto contrasta con la gran cantidad de mujeres participantes y finalistas en la región. En La voz argentina, por ejemplo, las mujeres llegan con frecuencia a las instancias finales, pero no logran imponerse en la votación final del público.
Estos patrones pueden vincularse con sesgos de representación y recepción:
* Los discursos y géneros musicales “masculinizados” (balada potente, pop-rock, folclore) son percibidos como más ganadores.
* Las mujeres suelen ser asociadas a géneros más “sensibles” o “románticos”, menos legitimados como “voz triunfadora”.
* En algunos casos, el voto popular refleja todavía la persistencia de estereotipos sobre liderazgo, talento y visibilidad.
Entonces, aunque el programa pretende basarse únicamente en la calidad vocal, las lógicas de votación y representación mediática reproducen desigualdades de género ya instaladas en la industria musical. Incluso hay que preguntarse si los varones no tienden a ser más promovidos por los jurados, a tener mayor exposición posterior y a ser asociados con “la voz poderosa” o “auténtica”.
Brechas en la industria musical
Algunas intuiciones iniciales sobre esta incipiente radiografía permiten pensar que La voz es un espejo de la desigualdad estructural en el campo cultural:
* La visibilidad no siempre implica igualdad de reconocimiento.
* La neutralidad del talento –ese ideal de la “mejor voz gana”– oculta las diferencias sociales, de género y de clase que condicionan quién puede tener una trayectoria artística sostenida.
* La falta de ganadoras no implica falta de talento, sino un entorno, un contexto, unas ideas que siguen amplificando más las voces masculinas.
Así, el formato plantea una paradoja: busca visibilizar el talento, pero replica las mismas jerarquías que existen en la industria musical.
Según los datos que revela el estudio de Spotify ‘Mujeres a todo volumen: La situación de la mujer en la industria musical’, en 2021, solo una de cada 5 artistas en la lista de éxitos globales de la plataforma son mujeres. El análisis del top 1.000 artistas en Spotify elaborado por Datapulse y Skoove demostró que Taylor Swift, Ariana Grande, Billie Eilish o Dua Lipa son excepciones en un ámbito dominado por artistas masculinos. El 80 por ciento de los 1.000 artistas más populares de Spotify son hombres (incluyendo un hombre trans), frente a sólo el 20 por ciento que son mujeres (incluyendo una mujer trans) y menos del 1 por ciento que son de género no binarios.
Mientras la música latina sigue dominando los rankings globales, un informe de Ruidosa, organización que promueve y celebra el talento femenino, revela que las mujeres siguen quedando atrás. Ruidosa hizo dos estudios, con datos de 2022 a 2024, que concluyen que los festivales de música siguen siendo en su mayoría dominados por hombres –y lo mismo ocurre en los espacios de toma de decisiones–. El primer estudio analizó cerca de 400 lineups de festivales de gran escala en siete países de América Latina y en eventos latinos en Estados Unidos. Los hallazgos principales son:
* Solo el 20 por ciento de las presentaciones presentan a mujeres solistas o bandas integradas sólo por mujeres.
* Las bandas femeninas representan apenas el 1por ciento del total de contrataciones; los artistas no binarios también representan apenas un 1 por ciento.
* Los espacios de headliner liderados por mujeres alcanzaron solo un 0,4 por ciento. La mayoría de estos lugares los ocupan solistas hombres (41 por ciento) y bandas masculinas (37 por ciento).
* El desequilibrio también es geográfico: más de la mitad de los headliners provienen del norte global, incluso en festivales realizados en América Latina.
* Tras un pico en 2022, la participación femenina en la programación de festivales disminuyó en 2024, lo que muestra un retroceso evidente en inclusión.
El segundo estudio examinó más de 400 cargos de liderazgo en 116 compañías musicales de América Latina. Los datos revelan un techo de cristal persistente:
* Solo 2 de cada 10 puestos de liderazgo están ocupados por mujeres.
* Las plataformas de streaming muestran la mayor representación femenina (44 por ciento), mientras que los sellos tradicionales (17 por ciento) y promotores de música en vivo (9 por ciento) están muy por detrás.
* Las mujeres representan el 34 por ciento de los cargos de nivel medio, pero solo el 12 por ciento de los puestos de liderazgo de más alto nivel (Presidencia/CEO).
* Cuanto más alto se escala en la jerarquía, menos mujeres hay. Cuanto más enraizada está la cultura corporativa, menor es la representación.
En marzo de 2021 Spotify lanzó el programa Equal en apoyo a la visibilización de las mujeres, y desde entonces, según datos de noviembre de 2023, gracias a playlists específicas dedicadas exclusivamente al talento femenino en 35 mercados de más de 50 países, las escuchas de artistas femeninas aumentaron un 60 por ciento y su presencia en las playlists de Spotify subió también un 70 por ciento. Es una iniciativa privada. En Argentina una ley de 2019 (Ley 27.539) establece que al menos el 30 por cienot de los artistas en eventos de música en vivo deben ser mujeres o personas con identidad de género autopercibida distinta de la identidad asignada al nacer. ¿Se podrá tomar alguna medida para que La voz obtenga resultados distintos?
Después de este recorrido tal vez se pueda pensar la complejidad que esconde la pregunta de por qué no ganan las mujeres. También puede ayudar a pensar qué falta cambiar para transformar patrones, estereotipos y prácticas que atraviesan no solo a industria musical sino a quienes emiten un voto aparentemente neutral.
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