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Se cumplen 18 años del doble crimen de La Dársena

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Cuando Yunes Ibrahim Bashier tuvo que ir a reconocer el cuerpo de su hija Leyla, recibió una bolsa con huesos.

«Me dijeron que la descuartizaron y que quedaban muy pocos restos de piel y de carne, porque, posiblemente, hayan hervido su cuerpo. Quienes la mataron querían que nunca la encontráramos», recuerda hoy el padre de una de las víctimas del doble crimen que sacude el poder edificado por el caudillo justicialista Carlos Arturo Juárez.

El 6 de febrero de 2003, minutos después de las 9, una vecina del pueblo de La Dársena, situado a 25 kilómetros de esta ciudad, encontró el cadáver de Patricia Fernanda Villalba, de 25 años. Una hora después, a diez metros de allí, fueron hallados esparcidos los restos y prendas de otra mujer.

Como la musculosa naranja con tachas y la pollera negra con una flor estampada coincidían con la ropa que llevaba Leyla, cuya desaparición había sido denunciada el 17 de enero de ese mismo año, la policía llamó a su padre y a su tía, quienes, en la comisaría local, recibieron lo que quedaba del cuerpo de Leyla Bashier Nazar, de 22 años.

Un testigo de identidad reservada habia confirmado que ambos homicidios estaban relacionados. «A Patricia la mataron para encubrir el asesinato de Leyla. Los asesinos festejaron durante un asado. Andaban tranquilos porque ya tenían un gil adentro al que le hicieron cargar con las muertes», declaró este testigo.

A partir de este relato, el juez Dardo Herrera detuvo a tres sospechosos que habrían participado de la fiesta de sexo y drogas en la que Leyla fue asesinada el 16 de enero. Ellos se sumaron a José Llugdar, primer apresado del caso. Además, el magistrado ordenó la captura de otros cinco sospechosos.

Si bien no pudo precisar el móvil del crimen, Daniel Nazar, abogado de la familia de Leyla, denunció que varios de los sospechosos estarían vinculados con una banda de narcotraficantes desbaratada hace un mes atrás en aquel momento. Mientras dice que la policía se dedicó a desviar la investigación desde el principio, funda la presunción en que los sospechosos operaban con protección policial.

A raíz del escándalo, la gobernadora Mercedes Aragonés de Juárez relevó en ese momento al subsecretario de Informaciones provincial, comisario general (R) Antonio Musa Azar; al secretario de Seguridad y al jefe y al subjefe de policía.

La autopsia

En principio se informó que Leyla murió por sobredosis de droga en una fiesta privada. Luego, el testigo de identidad reservada dijo que uno de los sospechosos comentó que mató a Leyla de una puñalada.

Según consta en la foja 181 del expediente que se instruye por el homicidio de Leyla, «de la necropsia realizada no surgen elementos de juicio que puedan ponderar la causa médica de la muerte. Esto teniendo en cuenta las condiciones en las que se hallaron los restos óseos y los elementos con los que se contaron», sostiene en su informe el médico forense Eduardo Manuel Ramírez.

Además de la ropa y de los estudios de ADN, la identidad del cadáver fue establecida porque tenía cuatro balazos calibre 22 en el cráneo, «dos en el área posterior parietal y dos en la región occipital del lado derecho».

El padre de Leyla declaró que cuando la joven tenía 15 años, durante una discusión, su madre le disparó 8 tiros y luego se suicidó. Leyla se salvó de milagro. La operación para quitarle los proyectiles representaba un riesgo para su vida y los médicos determinaron que la joven viviera con las balas.

Mirtha Nazar, la tía que crió a Leyla desde ese incidente, recordó que cuando fueron al paraje donde encontraron los restos de su sobrina, se puso guantes de goma, buscó en la zona y halló más huesos y cabellos. Dijo, además, que la policía nunca preservó la escena del crimen, que le llamó la atención que los restos óseos no tenían tejidos adiposos, que estaban limpios y no presentaban signos de haber sido afectados por animales carroñeros.

En cambio, el cuerpo de Patricia no sufrió mutilaciones. Estaba vestido. Según consta en la causa, tenía las manos atadas hacia atrás. Estaban sujetas con el mismo cable con el que la estrangularon.

Elsa, una vecina de La Dársena, recordó que el cadáver de Patricia fue encontrado por una mujer que juntaba leña el 6 de febrero, a las 9. Cuando llegó al lugar, las manchas de sangre aún estaban frescas. Esto indicaría que la mataron allí o muy cerca, un par de horas antes. La autopsia reveló que Patricia intentó defenderse, debido a que tenía restos de piel debajo de las uñas. La habían visto con vida por última vez esa madrugada, en la parada de colectivos de Independencia y Balcarce. Aparentemente, estaba por contar que Leyla no había desaparecido sino que la asesinaron en una fiesta y que conocía a algunos de los que participaron en el crimen.

Gente del poder

Si bien los familiares de Leyla aseguraron que ella no ejercía la prostitución, en el expediente constan varias declaraciones, en la que se afirma que ocasionalmente trabajaba como alternadora en los hoteles Palace y Savoy y en el local nocturno Saravah, situado en el Parque Aguirre.

Cristina Juárez, la amiga que la alojaba en su casa del barrio Industria; Javier, un mozo de Saravah que le cobraba comisión a ambas por los clientes, y un empleado de uno de los hoteles declararon que la joven ejercía el oficio de vez en cuando.

Según la hipótesis que manejaba la Justicia, la noche que desapareció Leyla estuvo con Cristina en el hotel Palace y tomaron un remise hasta la casa de ésta. Leyla decidió ir hasta Saravah, donde el remisero y un mozo la vieron entrar sola. Mariana, una de las compañeras, la vio sola en la barra.

Después nada más se supo, hasta que el testigo de identidad reservada ubicó a Leyla en la casa de Claudio Sebastián Flores, uno de los sospechosos. Allí la policía habría encontrado una sábana con sangre enterrada en el fondo de la vivienda de Los Tobas 29, a media cuadra de la comisaría del barrio Mishky Mayu.

Sin embargo, una de las compañeras de Leyla despegó a Flores del crimen y dijo que esa fiesta no se realizó en esa casa sino en la finca de un fabricante de zapatos situada en las afueras de la ciudad.

Según esta joven, el testigo de identidad reservada habría sido «plantado» para desviar la investigación y favorecer la situación de un grupo de funcionarios que estaban en la fiesta en la que mataron a Leyla. Aunque en el expediente no existe ningún elemento que apoye tal presunción, Cristina asegura que Leyla tenía como cliente a un importante funcionario del Gobierno, que nunca fue citado a declarar.

Las claves del caso

Se sabe

  • Que los cadáveres de Leyla Bashier Nazar y Patricia Fernanda Villalba fueron encontrados el 6 de febrero de 2003 en el paraje La Dársena, situado a 25 kilómetros de la capital provincial.
  • Que Leyla fue vista con vida por última vez en el cabaret Saravah, la madrugada del 16 de enero de 2003. Allí llegó en un remise, luego de acompañar a su amiga Cristina Juárez hasta su casa.
  • Mientras que a Patricia la vieron por última vez, la madrugada del 6 de febrero 2003, en la parada de colectivos de Independencia y Balcarce.
  • Según un testigo de identidad reservada, Leyla fue llevada desde Saravah a una fiesta en la casa de uno de los detenidos en el barrio Mishky Mayu. Esta casa fue allanada y los policías encontraron enterrada una sábana con sangre.
  • Que Patricia fue asesinada para encubrir el homicidio de Leyla. La apuñalaron y la estrangularon con un cable.
  • Se cree que los sospechosos actuaron con protección policial: al principio de la investigación, los uniformados desviaron la pesquisa.