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A 17 años del “voto no positivo” de Cobos que marcó un antes y un después en la política argentina

El “no positivo” de Julio Cobos en 2008 frenó las retenciones móviles y desató una de las mayores crisis dentro de un gobierno.
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“No puedo acompañar”, dijo Julio Cobos bien entrada la madrugada del 17 de julio de 2008, mientras el país entero seguía en vilo la votación por las retenciones móviles en el Senado.

Era el vicepresidente de Cristina Fernández de Kirchner, y con esa frase forjó su lugar definitivo en la historia política argentina. Su decisión, cargada de tensión, abrió una grieta dentro del propio oficialismo que nunca volvió a cerrarse del todo.

“Mi voto no es positivo. Pido perdón si me equivoco”, continuó Cobos, consciente de que sus palabras cambiarían el rumbo de los acontecimientos. La frase, que recorrió todos los medios del país, se volvió símbolo de una postura solitaria que evitó la aprobación del proyecto del gobierno y generó una de las peores crisis políticas de la era kirchnerista.

“El momento más difícil de mi vida”, reconoció luego el mendocino, frente al Senado. La sesión, que había comenzado más de 17 horas antes, terminó con un empate 36 a 36 entre quienes apoyaban el proyecto oficialista y quienes se oponían. Como presidente del Senado, a Cobos le tocó desempatar. Su decisión paralizó al Gobierno.

El contexto era explosivo: un mes entero de discusiones en el Congreso, movilizaciones masivas del campo y una tensión social que amenazaba con romper la gobernabilidad. “Mi corazón dice otra cosa, pero esto no pone en riesgo al país”, expresó Cobos, tratando de justificar una decisión que, según él, buscaba preservar la institucionalidad.

En esa histórica sesión hablaron todos los actores de peso. Desde Carlos Menem —quien intervino por primera vez desde su banca— hasta Miguel Ángel Pichetto, que presionó para evitar un cuarto intermedio. “Lo que hay que hacer, hagámoslo rápido”, citó el entonces jefe del bloque kirchnerista, replicando una frase bíblica. Mientras tanto, el radical Ernesto Sanz pedía votar “por la tranquilidad y seguridad personal de los legisladores”.

Un escenario de alta tensión
Julio Cobos aseguró que su intención había sido siempre buscar consenso. “Soy parte de este Gobierno, pero vengo de otro espacio político”, recordó. Esa madrugada, la imagen del entonces vicepresidente quedó para siempre asociada a la frase que lo inmortalizó: “Mi voto no es positivo”.

Hoy, a 17 años de ese episodio, el recuerdo resurge en un país que vuelve a vivir una disputa entre presidente y vicepresidenta, aunque en un contexto muy distinto. La historia parece repetirse, con otros protagonistas y nuevas fracturas en el poder.