Un día como hoy, pero de 1997, Diego Armando Maradona le ponía fin a su carrera como futbolista profesional y se despedía ganando el Superclásico. Aquella tarde, Boca venció 2-1 a River y el nacido en Villa Fiorito deliró junto a la multitud xeneize que arribó al estadio Monumental para alentar al equipo.
Diego disputó solo los primeros 45 minutos y fue sustituido en el entretiempo. Su físico, un tanto deteriorado, dijo basta en el vestuario y el Bambino Veira, quien en ese momento dirigía al cuadro boquense, realizó un cambio que también quedó en la historia: salió Maradona, entro Juan Román Riquelme.
Los goles de Boca, que comenzó perdiendo, fueron obra de Julio César Toresani y Martín Palermo. El Titán metió un inolvidable cabezazo bajo la lluvia, batió a Germán Burgos y comenzó con una sana costumrbe suya, anotarle al rival de toda la vida.
«Boca jugó a lo Boca y River fue River, jugó un gran primer tiempo y en el segundo tiempo se le cayó la bombacha», declaró Maradona luego del partido e inmortalizó otra de sus tantas frases. Jornada inolvidable para el Diez y los xeneizes.
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