Tato Bores es recordado por ser una de las figuras más importantes de la televisión argentina entre la década del 50 y del 90: por más de cuatro décadas hizo reír a los argentinos con su humor político y cotidiano que marcó a muchas generaciones.
Su nombre era Mauricio Borensztein, pero era más conocido como «Tato» y aunque se lo recuerda por sus inigualables monólogos humorísticos fue un gran actor de cine, teatro y televisión y uno de los conductores más emblemáticos de la pantalla chica nacional.
Su debut en televisión abierta fue en 1957 cuando Bores, con su estilo y carisma insuperable, retrató de manera brillante a los argentinos y argentinas y a la clase política como nadie antes.
Sus sketchs lejos de ser improvisados, eran creados por él pero en conjunto a los mejores guionistas del país. Además, sus entradas al estudio, dignas de un show, las hacía montado en patines, simulando llamadas por teléfono y fumando su característico habano.
Así, Tato quedó inmortalizado en la memoria nacional y creó una marca inconfundible que aún hoy pervive en el humor político argentino. En esta nota recordamos 3 de sus imperdibles monólogos.
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