El 28 de noviembre de 2016 a las 22.15 se vivió unas de las tragedias más importantes de la historia del fútbol: el avión que transportaba al plantel de Chapecoense a Medellín para jugar la final de la Copa Sudamericana contra Atlético Medellín se estrelló contra un cerro y 71 personas perdieron la vida.
Era el vuelo 2933 de LaMia partió desde el Aeropuerto Internacional Viru Viru, en Bolivia, hacia el Aeropuerto Internacional José María Córdova en Antioquia en el cual viajaban 68 pasajeros, 9 miembros de la tripulación y era pilotado por Miguel Alejandro Quiroga Murakami, el máximo responsable del accidente.
Las investigaciones confirmaron que Quiroga demoró demasiado en reportar la emergencia cuando se estaba quedando sin combustible y obtener la prioridad sobre otros aviones para aterrizar cuando el aeropuerto estaba siendo muy transitado. Además, según reportaron, el piloto declaró la emergencia 2’30” después de solicitar la prioridad, cuando era imposible llegar a destino.
En la búsqueda se confirmó que de los 75 pasajeros, 71 perdieron la vida: solamente sobrevivieron: Alan Ruschel, el arquero de reserva, Jakson Follmann y Neto. Los otros sobrevivientes fueron un periodista, Rafael Henzel de Rádio Oeste, y dos miembros de la tripulación de vuelo: Ximena Suárez, sobrecargo, y Erwin Tumiri, técnico de vuelo, ambos de nacionalidad boliviana.
Hoy Chapecoense está estancado en la segunda división de Brasil, a la cual descendió en 2019 y no ha podido recuperar la categoría.
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