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Cinco de diez compras de comida ya se hacen con tarjeta de crédito

En un año, las compras en supermercados con ese medio de pago saltaron casi 10 puntos. La otra cara: importantes bajas en la venta con débito y efectivo, lo que evidencia la crisis de ingresos poblacionales y los precios elevados. 
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El derrumbe de los ingresos poblacionales y los precios elevados de bienes y servicios sostenidos en el tiempo muestran un país en el cual las familias apelan cada vez más sl sistema de crédito para acceder a consumos esenciales. Un informe privado al que accedió Página I12 expone una postal que grafica la época a la perfección: en sólo un año, la mitad de las compras de alimentos y canasta básica en supermercados se hacen con tarjeta de crédito, saltando casi diez puntos en el período. Y lo más preocupante es que eso contrasta con un desplome muy fuerte en el uso de medios de pago que suponen dinero en efectivo, como tarjetas de débito y pagos cash. 

Los datos surgen del Informe «Márgen Financiero», de la consultora Vectorial, que precisa que, «desde noviembre de 2023 a noviembre 2024, las compras en supermercados pagadas con tarjeta de crédito pasaron de un 39,4% a un 47,5% 8,1 puntos porcentuales)». La empresa que está presidida por los ex funcionarios Haroldo Montagu y Eduardo Hecker, destaca además que esto contrasta con lo que ocurre con otros medios de pago que solían ser una fija a la hora de llenar el changuito. 

Precisa el trabajo que «durante el mismo período la evolución de la participación de los pagos realizados con tarjeta de débito cayeron de 33,3% a 25,1%, lo que permitiría descartar que la suba de los pagos con tarjeta de crédito se deba a un crecimiento de la utilización de los medios de pago electrónico. Por su parte, la proporción de pagos realizados en supermercados con efectivo alcanzaron su mínimo histórico 16,3%». 

La plata no alcanza

Lo curioso, aquí, es que las promociones agresivas de las billeteras virtuales como Modo y Mercado Pago, reintegran 25 por ciento de la compra con débito, sin tope y en un solo día a la semana. Es decir, son mucho más convenientes que pagar con crédito. Pero esto sólo evidencia que la potencialidad de los ingresos poblacionales está en niveles mínimos históricos. 

Vectorial agrega, en este sentido, una visión más clara del fenómeno. Asegurna que «más allá de que el informe de Payway correspondiente al cuarto trimestre de 2024 sostiene que los pagos con tarjeta de crédito crecieron como el resultado de la baja de las tasas de interés y el regreso de las promociones, la baja de las compras de supermercados a valores constantes 7,1% en los primeros 11 meses de 2025 fortalecen la hipótesis de que el aumento de las proporción de pagos con tarjeta de crédito responde a la reducción del ingreso disponible de los hogares y una «estrategia defensiva» de las familias dirigida a sostener (o reducir lo menos posible) sus niveles de consumo». 

Vale decir que el mismo informe, si bien no especifica qué es lo que pasa en supermercados en forma individual, sí muestra cuánto del total de compras con tarjeta en el país apela a cuotas para alivianar el costo. Este dato sirve porque, en general, es traspolable. 

Así, el informe detalle que el 50 por ciento de los que usan tarjeta de crédito pagan en un pago, un 25 por ciento toma el crédito en cuotas y, mientras existía, algo menos del 15 por ciento usaba el pago en cuotas del sistema «Cuota Simple». Pero ese plan del Gobierno dejó de funcionar cuando el ministro de Economía, Luis Caputo, registró que se estaba recalentando el consumo masivo y eso pegaría en precios e inflación. 

Default familiar

En fines del año pasado, Vectorial señaló que «algunas estadísticas y relevamientos estarían indicando un crecimiento del endeudamiento de las familias y algunos riesgos incipientes». Calcularon que «la Probabilidad de Default Estimada (PDE) en el crédito a las familias mostró un máximo en junio pasado y comenzó un descenso hasta septiembre, cuando se ubicó en el 1,4%». 

Aclararon que, sin embargo, en los préstamos personales la PDE llegó a tocar el 3% hacia mitad del año pasado. «Luego, se redujo a cerca del 2,5%, bien por encima del promedio de los últimos 10 años 1,8%. Las financiaciones con tarjetas de crédito como los préstamos hipotecarios exhibieron una tendencia similar», expresaron. 

Naturalmente, este fenómeno está relacionado a la perdida de poder adquisitivo de los ingresos de la población, Un trabajo reciente de Fundar precisó que «si tomamos los promedios diciembre 2022 a septiembre 2023 y de diciembre 2023 a septiembre 2024, todos los ingresos considerados se vieron disminuidos a excepción de la Asignación Universal por Hijo. Es decir, dentro del sistema de ingresos de la población en general predominan las pérdidas pero con distintas intensidades». 

En este sentido, otro trabajo, del centro CEPA, publicado el último mes del 2024, indicó que «el poder adquisitivo de los salarios sufrió una fuerte caída en diciembre con la aceleración inflacionaria. A partir de allí, el comportamiento se fragmenta: mientras que los registrados privados lograron recuperar parte de lo de perdido (se ubican 1,5% por debajo del poder adquisitivo de noviembre 2023), los públicos y los no registrados se estancaron, registrando una pérdida a septiembre de 16,1% y 20,1% respectivamente respecto del inicio del gobierno. El promedio ponderado de los salarios medido por el INDEC arroja un descenso del poder de compra de 9,6%». 

Fuente Página12