La decisión del juez federal Ricardo Bustos Fierro de habilitar a Rodrigo de Loredo para competir en la interna que definirá la nueva conducción del radicalismo cordobés marca un mojón importante en la pelea de fondo que se está dando en ese partido entre los dirigentes más tradicionales y el sector que lideran Martín Lousteau y Emiliano Yacobitti.
El fallo de hecho se concretó justo cuando Lousteau y Yacobitti estaban en esta provincia, donde viajaron para respaldar a De Loredo en la pelea con Ramón Mestre y Mario Negri, que habían logrado excluirlo de la competencia interna, en una jugada tan riesgosa como polémica. De Loredo, como era previsible, los acusó de pretender «robarse el partido en el escritorio».
«Se hizo justicia al confirmar que hubo un intento de robarse el radicalismo y cerrarlo. El juez le ha dado sentido a nuestro planteo que había una clara proscripción«, dijo De Loredo al conocer la resolución judicial.
Bustos Fierro sostuvo en su resolución (ver fallo adjunto) que la Junta Electoral había intentado inclinar la cancha en contra de De Loredo.
Paradójicamente, el argumento de la «proscripción» que enarboló De Loredo agoniza a medida que envejece la decisión del juez: los radicales contarán votos en la interna prevista para el 14, aunque que no sería descabellado que se postergue una semana, haciéndola coincidir con la del radicalismo bonaerense, donde el sector de Lousteau y Yacobitti apoyan a Gustavo Posse contra Maxi Abad. Esa es la pelea central en la puja por acumular delegados a la Convención nacional, máximo órgano partidario que definirá las políticas de alianzas a nivel nacional. Un paso clave en el proyecto presidencial de Lousteau.
Los dos espacios se ilusionan con esa semana más de campaña: De Loredo, para que «se garantice la participación de Sumar en la interna, como ordenó el juez»; Convergencia, de Mestre y Negri, para que baje la espuma del fallo de Bustos Fierro.
Observadores de ambos sectores temen que pase lo peor: no lograr que 22 mil radicales, es decir el 10 por ciento del padrón, voten; un requisito de la carta orgánica que si no es cumplimentado puede implicar la nulidad de la elección. Un papelón.
Mientras De Loredo buscaba el paraguas de Martín Lousteau -y del sello Evolución- para «irse por un rato del partido», llegó la resolución del juez, que lo guareció de nuevo hacia la Casa Radical.
Observadores de ambos sectores temen que pase lo peor: no lograr que 22 mil radicales, es decir el 10 por ciento del padrón, voten. Un requisito de la carta orgánica que si no es cumplimentado puede implicar la nulidad de la elección.
La primera consecuencia directa de este escenario de competencia orgánica es que es más improbable que el Foro de Intendentes Radicales se rompa, como amagaba a hacerlo el intendente de Río Tercero, Marcos Ferrer, de la tropa de De Loredo.
Mestre busca una banca de diputado para reposicionarse a nivel nacional
Del otro lado, los dos líderes del radicalismo en los últimos años deberán ratificar jinetas, pero con apuros distintos: Mario Negri reclamó la unidad del partido hasta que, descartada esa posibilidad, puso a Marcos Carasso como candidato a conducir el partido. «Mario hizo todo lo posible por la unidad. No lograda, quiere que su estructura gane», dijo a LPO uno de sus operadores.
El apellido Mestre, en cambio, estará en dos tramos de la lista: Ramón intentará ganar para sentarse como delegado en el Comité Nacional, mientras que su hermano Diego disputará el Comité de la Ciudad de Córdoba. En su paso por esta provincia, Lousteau confirmó su ruptura con el ex intendente de la capital provincial: «Él se corrió, no yo», dijo en modo reproche.
No fue casual la gacetilla que envió el equipo de Lousteau apenas éste aterrizó: «El sábado pasado participó del acto en el que se constituyó la JR Evolución, que es un armado nacional liderado por los jóvenes radicales con los cargos más importantes: Bernardo Weber, presidente de la FUA; la presidenta del Comité Nacional de la JR, María Belén Pérez; y el titular de la JR de la Ciudad, Tomás Mestre», hermano de Ramón y Diego.
En el raid mediático que realizó, Lousteau levantó la mano de De Loredo y se mostró con él en una visita a la planta de Volt, la firma local de fabricación de autos eléctricos, una parada perfecta para la imagen de renovación tecnológica y desarrollo nacional que ambos dirigentes buscan proyectar. En sus declaraciones, el senador dejó en claro que su estrategia de crecimiento está atada a las PASO, la herramienta que, entiende, permitirá los nuevos liderazgos en el partido.
Fuente LPO
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