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El drama de las apuestas deportivas

Lejos de aportar soluciones al fútbol, las apuestas están cada vez más instaladas y ponen en jaque (mate) la sana competencia y la credibilidad de los hechos.
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Por Gustavo Grazioli

Se termina el año y el balance deportivo, parece abrir varias ventanas. Además de los campeones que celebraron en este 2024, títulos y ascensos, lo que no se puede saltear de este resumen anual es la dramática situación de las apuestas deportivas en el fútbol, algo que, lejos de solucionarse, está cada vez más instalado y pone en jaque (mate) la sana competencia y la credibilidad de los hechos.

El último capítulo de esta oscura trama que aterrizó oficialmente en el país en 2021, se dio a conocer a principios de este mes, cuando salió a la luz que el árbitro Matías Sebastián Beares Pérez –quien dirigió varios partidos de Primera División– ganó algunos millones por apuestas que hizo en distintos espectáculos deportivos del ascenso. La polémica que lo terminó de poner en el ojo de la tormenta fue el partido disputado el 20 de octubre del 2024 entre Deportivo Madryn y Almirante Brown, correspondiente a la fecha 37 de la Primera Nacional. El resultado fue 5 a 1 para el local y todos los goles fueron en el segundo tiempo.

Después de ese evento, la casa de apuestas BPLAY «registró un alerta de riesgo», donde se constató que Bearez Pérez se había registrado algunos días previos al enfrentamiento en cuestión y que sus apuestas estaban orientadas en la siguiente dirección: resultado de primer tiempo, resultado final, cuántos goles marcarían ambos equipos y si un equipo convertía más de tres. Este referí fue separado de la Asociación del Fútbol Argentino, primero porque cualquier persona que tenga vínculo contractual con el espectáculo deportivo o sus organizadores, tiene prohibido apostar, y, segundo, por la causa de investigación que se está llevando adelante.

Así como este hecho, a lo largo de todo este tiempo se suscitaron muchos más, en donde partidos –sobre todo en categorías del ascenso como Primera Nacional, Torneo Federal A, Primera B Metropolitana y Primera C– que habitualmente no son noticia, terminaron apuntalados por cierto sector del periodismo (corrido del mainstream) que se animó a denunciar irregularidades y arreglos muy evidentes, donde la cantidad de goles, expulsados, penales y corners, empezaron a llamar la atención en este juego, que, a partir del arribo de las apuestas, instaló un nuevo –e impensado– paradigma: jugar para perder.

Hablar del tema con protagonistas o voceros no es nada fácil, nadie quiere poner en riesgo el negocio, vivir bajo amenazas o dejar de percibir un ingreso superior al sueldo que le pueda pagar su club. Frente al silencio y la desidia de las autoridades para resolver este conflicto, hay que mencionar que, además de jugadores, dirigentes y árbitros, a este drama se le suma otra pata importante: los jóvenes, en buena parte menores de edad, quienes están siendo afectados por las tentadoras sensaciones de éxito que genera la ludopatía.

«El azar es una fuerza caprichosa que puede llevarnos a la ruina o a la forturan en cuestión de segundos», escribió Fiódor Dostoyevskien su monumental libro El Jugador, donde indaga, entre otras cosas, sobre una idea que sobrevuela en estos tiempos: que un golpe de suerte te salve la vida. «Lo que pasa es que se legalizaron las apuestas online y en paralelo no se hizo todo lo que tiene que ver con una legislación acorde para proteger la salud», dice a Página 12, Débora Blanca, psicóloga especializada en ludopatía y directora de Lazos en juego. «Hay publicidad todo el tiempo y están los sponsoreos en los clubes de futbol. Todo esto siguió pasando y muchos pibes empezaron a enfermarse de algo que es impensable, porque en realidad por ley para apostar hay que ser mayor de 18 y están apostando desde los 11».

Y agrega: «Acá llegan pacientes de los cuales muchos fueron deportistas, pibes chicos, que siempre les gustó mirar deportes y ahora dicen, si miro un partido y no aposté, me aburro, no soporto el tiempo que dura un partido de fútbol. Estamos jodidos con el tema del tiempo, la atención, la concentración, la idea de que te estás perdiendo algo si no apostaste… las publicidades, el slogan en general es algo así como, si sabes de deporte aposta porque vas a ganar».

–¿Qué le dirías a un pibe que está en duda entre apostar o no?

–Le diría que no lo haga y que piense que hay otras apuestas que son mucho más interesantes. Sabemos que es un momento muy difícil y que si lo primero que le aparece es apostar, tiene razón. El mundo está jodido, lo hicimos jodido, está difícil ver el futuro y es comprensible que entonces le tiente mucho más la idea de ganar guita rápido, fácil, que lo aplaudan y ser valorado, claro que sí, es absolutamente comprensible. Pero la primera vez, si sabe de deportes va a ganar, tal vez la segunda también, pero después le va a venir la ilusión de que esa va a ser la entrada de guita, que no va a ser trabajando, que va a ser con las apuestas, con las cripto, que va a ser sin esfuerzo, que va a ser inmediatamente y nada se consigue inmediatamente. Por eso hablo de que hay apuestas a otras cosas, que pueden parecer más difíciles, más plomo, pero que piense que quiere y que mire para arriba. Y podemos agregar como consejo, que no le tenga miedo a aburrirse, que a veces uno se aburre y que muchas veces del aburrimiento, y solo a partir del aburrimiento, surgen ideas muy interesantes o surge un registro de la angustia y la angustia es como una especie de brújula que nos está diciendo algo

Fuente Página12