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En Córdoba el gobernador Schiaretti activó el «Código Rojo»

El gobierno provincial informó que los hospitales están colmados. Especialistas advirtieron que no hay controles y que las medidas sanitarias no se cumplen.
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“Llegaron acá porque han ignorado sistemáticamente el rojo, el verde y el amarillo”, dijo el infectólogo Ricardo Lamberghini a Página/12 sobre la implementación del llamado “Código Rojo” para la atención domiciliaria de pacientes que resolvió el gobierno Juan Schiaretti. La resolución fue publicada este martes en el Boletín Oficial y abarcará la atención de pacientes con Covid-19, y a los que se externen durante el “post-Covid-19”. Desde el Estado cordobés admitieron que un 83 por ciento de las camas de internación en los hospitales y clínicas están colmadas, y que ese fue el disparador para la medida.

Lamberghini observó que “teóricamente Córdoba está con restricciones,pero usted sale a la calle y parece que acá no pasa nada. No veo los controles. Y en cuanto a lo del Código Rojo, es claro que se ha superado un límite máximo y deberían implementar restricciones máximas. La provincia está roja. Lo estaba hace mucho antes de esto”.

El infectólogo dijo desconocer los “aspectos operativos”, ya que el comité de expertos al que pertenece y el gobierno de Schiaretti consulta, “no ha sido informado todavía. Se habló de externar, de aligerar, de tratar de que a los 21 días se externaran… Pero no nos informaron de esta medida”.

-Usted es parte del Comité de científicos que asesora en esta pandemia…

-Sí, nos sientan en una mesa donde se pide opinión, pero nuestras opiniones no son homogéneas, y tampoco vinculantes. Eso nos lo aclararon varias veces. Hay quienes están de acuerdo con la línea gubernamental de llevar la pandemia, y otros disentimos. Yo me sigo sentando en la mesa, porque en cierta forma me siento la voz de los que están en la trinchera, en el frente de batalla, nuestros colegas. Para lograr algo, uno tiene que quedarse y escuchar y exponer. No dejo de desconocer que la gestión de esta pandemia es muy compleja y así ha sido en todo el mundo. Lo que pasa es que cuando usted tiene datos concretos, claros, avalados en toda Europa como lo de la presencialidad escolar como un factor de peligro, debió haber sido escuchado. No eran sólo los chicos en la clase. Era una gran masa de ciudadanos (unos 12 millones) moviéndose y, eventualmente, contagiando si estaban infectados. Está claro que todo estuvo impregnado una posición política.

Para Ricardo Lamberghini, es indispensable que “las personas tomen conciencia de lo que está pasando. Que el gobierno asuma la responsabilidad, informe y controle. Yo creo que si los gobiernos provinciales y nacional impusieran restringir más, se impodría al menos lo que Daniel Feierstein llama “la inmunidad de cagazo”. Los jóvenes no están dándose cuenta por sí mismos que están en peligro. Siguen con las fiestas clandestinas. Creo que si no hay un codigno castigo, una sanción social más allá del dinero, que vayan a hacer trabajo comunitario, fabricación de barbijos; algo que los haga reflexionar sobre lo que está sucediendo, nada va a cambiar. Y si encima, usted ve que se supone que estamos en restricción desde ayer y todo sigue con gente que circula y está todo abierto, lo veo difícil. No veo los controles. Tal vez en el centro. Pero uno va al Gran Córdoba, y no existen”.

Lamberghini insiste con la falta de “temor al virus” que se sigue teniendo aún pasado casi un año y medio desde que se inició la pandemia. “Mire, en el consultorio, cuando mis pacientes se quejan por el frío porque tengo la ventana abierta, les explico que este virus está colgado en el aire. Que si no respiramos aire que circule, nos contagiamos él y yo. La ventilación cruzada continua es esencial. Cinco centímetros (cuatro dedos) de ventanas abiertas para evitar respirar viciado. El virus es como el humo del cigarrillo, a diferencia que el virus no se ve. En un sitios con fumadores, uno veía el humo. Pero no podemos ver este virus y lo respiramos como antes respirábamos el humo del cigarrillo. Se debería tener presente esta analogía”, aconseja.

El fondo del aire es rojo

“Claramente llegan a esta instancia porque se dejaron estar hasta ahora”, opina Oscar Atienza, infectólogo y magister en Epidemiología. Tiene sus reparos con el llamado Código Rojo activado en Córdoba. “Estuve leyendo que habilitan no sólo la atención en el domicilio, sino que hasta llevarían oxígeno. Y eso es preocupante. Un paciente con Covid que requiere oxígeno es de extremo riesgo y debe estar atendido por un profesional. También es de riesgo tener ese oxígeno. Esto es grave y no es un tema menor lo que está haciendo la provincia. Lo que pasa es que ya no tienen ni un lugar en las guardias ni en los hospitales. La opción de internar en las casas es porque no tienen dónde internar a nivel estatal. Este es el peor de los escenarios en un colapso sanitario, cuando se tiene que optar por la internación domiciliaria.

-¿Se terceriza la atención de salud?

-Sí. Hoy no hay alternativa tampoco. Se trata de usar equipos privados para poder atender estas internaciones. Y no creo que ellos puedan asumir toda la responsabilidad tampoco… Es una forma estatal de descargar en privados.

-¿Cómo ve la marcha de las restricciones impuestas desde el lunes en Córdoba?

-Yo no veo que se cumpla. Veo actividad plena. Lo único que ocurre es la no presencialidad escolar. El resto todo normal. No veo controles. El gobierno está ausente. No pasa como en la Fase 1 que si uno salía de la casa le preguntaban dónde iba o debía exhibir un comprobante. La policía no está; los controles no están y las actividades son plenas. Nadie para a nadie. No está funcionando la restricción total.

-¿Cuál es su perspectiva de lo que se viene?

-Los próximos 30 días van a ser extremos para Córdoba. Hoy arrancaron con esto del Código Rojo, pero creo que vamos a necesitar ayuda desde las provincias vecinas y de la Nación. Estamos en 5.500 contagios registrados diarios. Eso significa que por día serán 275 personas las que necesitarán cama de terapia intensiva. Es matemático: el 5 por ciento de los contagiados va a terapia intensiva. La tasa de letalidad es del 2.4 por ciento. Si el 5 por ciento va a terapia, el 2.4 por ciento muere.

Atienza apunta que en Córdoba “hay 2.700 personas en terapia intensiva ahora mismo. En los próximos diez días tendremos que internar 2.700 más… Al ritmo de los contagios de cada día, cada 10 días se generan 2.500 y 2.700 pacientes para las camas de terapia. Córdoba desoyó lo que se le decía con lo de la presencialidad escolar y otras medidas de protección y el problema ya está acá y es muy complejo. No es casualidad que el 30 por ciento de todos los internados en el país sean cordobeses. En toda la Argentina hay internadas 7.794 personas, y de ese total, 2757 son de Córdoba, es decir, el 30%. Con lo del Código Rojo, no sólo tercerizan la salud, dejan de atenderla”, concluyó.

En la provincia ya están circulando “casi todas las cepas que ha generado el contagio masivo y mundial de la Covid-19”. El infectólogo las enumera y nombra: la P1 de Brasil, que tiene dos mutaciones; la de Manaos; la B117 de Inglaterra; la cepa Andina. Todavía no se han detectado contagios con la cepa la de India llamada Delta, que tiene 13 mutaciones y es la más peligrosa de todas. No está en circulación, pero sí se la detectó en el país en viajeros que llegaron desde el exterior”.