Josep Maria Bartomeu no pudo soportar la presión y presentó su dimisión a la presidencia del Barcelona en la reunión de comisión celebrada este martes en la que el resto de los directivos acompañaron la decisión del máximo dirigente, según confirmaron los principales medios de Cataluña. Esto sucede casi 24 horas después de que él mismo, en conferencia de prensa, desmintiese que existía la posibilidad de una renuncia.
El objetivo del empresario español era lograr que las autoridades catalanas postergaran la moción de censura contra él, que, bajo los estatutos del club, debían llevarse a cabo el 1 y 2 de noviembre. Con una carta enviada a la Generalitat, había pedido una prórroga con la excusa de que así podía habilitar varios centros de votación y de esa manera no habría aglomeración en las oficinas del Camp Nou, algo que podría traer consecuencias graves en el marco de la pandemia del coronavirus.
Según anticiparon Sport y Mundo Deportivo, la Generalitat no dio lugar a su pedido, y de esta manera Bartomeu, acorralado por la presión de los socios que el fin de semana iban a votar por su salida, prefirió dar un paso al costado.
Este lunes, el dirigente había declarado ante los medios: “No he pensado en dimitir. Creo que se está construyendo un buen proyecto y estoy seguro de que vamos a ganar más de un título”. Además, agregó: “Sería un mal momento dejar al Barça con una gestora, que no podría tomar decisiones que tomamos nosotros día a día”. Según informó la prensa española, en breve habrá una nueva rueda de prensa en la que Bartomeu explicará por qué ha decidido dejar su cargo.
Con respecto al timón del Barcelona, ahora una junta gestora se hará cargo de la situación hasta las elecciones que deben ser antes de que se cumplan tres meses. Quien estará al frente será Carlos Tusquets, un empresario que cuenta con un doctorado en economía de la Universidad de Barcelona que en el ámbito privado se ha destacado en negocios de hostelería (NH hoteles), energía (FERSA, hoy AUDAX) e inmobiliarios (Renta Corporación), entre otras compañías hoy cotizadas en Bolsa. Hasta hoy se desempeñaba como responsable de la Comisión Económica.
Bartomeu asumió como presidente del club el 23 de enero de 2014, cuando Sandro Rosell renunció por el llamado Caso Neymar, cuando la Justicia detectó pagos extra por 40 millones de euros al padre del jugador. La gran campaña de la temporada 2014/15, “triplete” (Liga, Copa del Rey y Champions League), trajo como consecuencia inmediata el triunfo de Bartomeu en las elecciones del 18 de julio de 2015, por el 54,63 por ciento de los votos.
Desde entonces, el dirigente quedó al frente del club y comenzó a protagonizaron conflictos de todo aspecto que desembocaron en su salida de este martes. Sin duda, el mayor de sus problemas fue con el capitán e ídolo, Lionel Messi.
Tras perder 8 a 2 ante el Bayern de Múnich en los cuartos de final de la Champions League 2019/20, el argentino pensó en abandonar al Barcelona, y esa decisión la comunicó por un burofax que envió a las oficinas del Camp Nou. Según explicó más adelante, eligió ese método porque no tenía diálogo con Bartomeu, a quien ya le había anticipado su malestar pero nunca fue escuchado por el presidente.
“Yo pensaba y estábamos seguros que quedaba libre, el presidente siempre dijo que a final de temporada yo podía decidir si me quedaba o no y ahora se agarran a que no lo dije antes del 10 de junio cuando resulta que el 10 de junio estábamos compitiendo por la Liga en mitad del virus este de mierda y de esta enfermedad que alteró todas las fechas. Y este es el motivo por el que voy a seguir en el club…”, explicó en la entrevista brindada al sitio Goal en septiembre, cuando desistió de utilizar la cláusula de su contrato que le permitía irse como agente libre, ya que la comisión directiva del club insistió en que ya había vencido el plazo para utilizarla.
Luego de aquel escándalo, Jordi Farré impulsó un proceso para destituir a Bartomeu y el 7 de octubre consiguió las 16.521 firmas que establece el Estatuto de la entidad catalana para iniciar el voto censura. En total, hubo más de 20 mil firmas. En este contexto, el fin de su ciclo era cuestión de tiempo y para evitar ser el primer presidente expulsado de la institución por los aficionados, Bartomeu decidió renunciar.
El último conflicto que había protagonizado Bartomeu fue hace algunas semanas cuando pidió a los futbolistas rebajarse los salarios como medida para colaborar con el club en el medio de la crisis económica generada por la pandemia del coronavirus. El propio plantel no se tomó de la mejor manera las formas en la que la directiva apuntó a este recorte y contestó con un burofax que no negociarían una reducción de ingresos.
Lo más curioso no fue el rechazo a la medida, sino también que, según revelaron medios españoles, los futbolistas no consideraban al presidente como la autoridad dentro del club para realizar este tipo de modificaciones. Esto marcaba que los jugadores ya no respetaban al presidente ni a la comisión.
En todo este caos, el Barcelona debe jugar el miércoles ante la Juventus por la Champions League, trofeo que no conquista desde 2015. Pero el partido parece ser lo menos importante para el club que ahora vivirá una nueva etapa y se abrirá la gran duda sobre qué sucederá con Messi, quien tiene contrato hasta junio de 2021, pero aún no lo ha renovado.
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