Por Martín Granovsky
Representan el 45 por ciento de la población argentina y ahí estuvieron, juntos por primera vez los seis, como un grupo diferenciado de gobernadores. ¿Nació una nueva instancia política para el peronismo y sus aliados? Es posible. Por eso conviene retener los nombres de quienes llegaron el martes 16 de diciembre a la Casa de La Pampa en CABA. Fueron el dueño de casa, Sergio Zillioto, Axel Kicillof por la provincia de Buenos Aires, Gildo Insfrán por Formosa, Ricardo Quintela por La Rioja, Fernando Melella por Tierra del Fuego y Elías Suárez por Santiago del Estero. Los acompañaron legisladores de sus distritos, entre ellos el flamante diputado por Buenos Aires Jorge Taiana.
La foto en sí ya era significativa. Pero además emitieron un documento de compromiso público. Y se pusieron de acuerdo en una estrategia, que recogió Y ahora qué? de boca de participantes de la cumbre.
Uno de ellos lo resumió así: “No dejemos que el resto de los gobernadores peronistas, y sus diputados y senadores, hablen sólo con los Menem, con Santilli y con Adorni. Tenemos que acercarlos, y trabajar mucho en ese objetivo, porque hay que saber que, por las razones que sean, no quieren votar con el kirchnerismo o con el cristinismo, se llame como se llame”.
De las seis provincias, la que tiene más experiencia de alianza y coalición es Santiago del Estero. Allí hay un jefe indiscutido: Gerardo Zamora. Ex dirigente universitario de la radical Franja Morada, actual senador con mandato hasta 2031, Zamora fue intendente de la capital santiagueña entre 2001 y 2005. En 2005 justamente comenzó el ciclo político provincial que ya lleva 20 años y que logró integrar a radicales de origen, como el propio Zamora, con dirigentes del peronismo. Zamora reeligió en 2009 y retuvo la gobernación hasta 2013. Lo sucedió su esposa, Claudia Ledesma Abdala, y luego Zamora volvió a ser gobernador entre 2017 y el 10 de diciembre de 2025. Uno de sus vicegobernadores fue el peronista Jorge Neder. El gobernador recién asumido, Elías Suárez, de origen radical, tiene otro Neder de vice, Carlos Roger Silva Neder. Suárez, además, fue jefe de Gabinete de Zamora y de Abdala durante los últimos 20 años. Es uno de los históricos junto con el director de la Casa de Santiago en CABA y canciller santiagueño, el hiperquinético Bernardo Abruzzese, que además coordina las relaciones con las demás provincias del norte.
¿Zamora quiere ser el candidato a Presidente en 2027? La versión circuló en el último mes. Este medio pudo establecer que, más allá de lo que depare el futuro, los gobernadores reunidos en la Casa de La Pampa atribuyeron la autoría del rumor a La Cámpora. “Los santiagueños están tranquilos, sin apuro por definir nada antes de tiempo, y esa versión fue una manera de limarlo a Axel”, dijo uno de los presentes.
“Zamora siempre tuvo una buena relación con Cristina, a tal punto que ella le pidió que fuese presidente provisional del Senado en 2014 y 2015, pero siempre fue su propio jefe”, explicó un importante empresario santiagueño que conoce como nadie los repulgues de la política local como el Indio Froilán sabe de bombos.
La Cámpora es el brazo ejecutor de las decisiones de Cristina Fernández de Kirchner, una dirigente sin duda importantísima que busca recuperar el liderazgo del peronismo que ya había perdido incluso antes de la persecución política y la prisión domiciliaria por parte de la Justicia y el Gobierno de Su Excelencia.
Axelismo autonomista
Tras seis años de gobierno, con una reelección en 2023 en medio de una derrota justicialista a nivel de la Argentina, Kicillof sigue construyendo autonomía política respecto de CFK. Creó una línea propia con respaldo de sindicalistas y más de 40 intendentes, el Movimiento Derecho al Futuro. Desdobló las elecciones y Fuerza Patria ganó en la Provincia por 14 puntos de diferencia el 7 de septiembre. Los intendentes, tanto los propios como los de La Cámpora, se aseguraron la mayoría en los concejos deliberantes. Para quienes hablan de los municipios pero jamás pisaron uno, hay un dato que les será útil: perder el concejo puede acarrear un inmediato golpe palaciego.
El siguiente punto del plan de Kicillof era fortalecer su propia nacionalización. Como gobernador de la provincia que representa el 50 por ciento del PBI industrial, y también y como dirigente peronista más allá de los límites bonaerenses. En la semana que pasó dio dos pasos en esa dirección.
El primer paso fue, de su lado, la reunión cumbre con los otros cinco en la Casa de La Pampa.
El segundo paso fue su visita a la Formosa que gobierna desde 1995 el peronista Gildo Insfrán, jefe político del presidente del bloque de senadores José Mayans. Antiguo cuadro de Guardia de Hierro, Insfrán es de los que siempre se autodefinieron como “peronistas de Perón”. Si un Guillermo Moreno, que carece de poder y votos, oficia de sommelier de la pureza peronista y cuestiona a Kicillof por escasez de justicialismo en sangre, una reunión con el formoseño funciona como su contrario. Con poder y votos, Insfrán, de 74 años, abrazó en Formosa a Kicillof, de 54, como si hubieran militado juntos toda la vida.
Kicillof había estado en Santa Fe entregándole patrulleros al radical Maximiliamo Pullaro y en Chubut dándole ambulancias al originario del PRO Ignacio Agustín Nacho Torres. Los cordobeses deslizan que tiene buena relación personal con Martín Llaryora, y que hablan o se mensajean seguido. Pero en Córdoba manda el recelo a la letra K desde que, en 2013, el gobierno nacional dejó a la intemperie a los cordobeses durante un amotinamiento policial. Hubo saqueos, muertos y heridos. La titular de Seguridad era la actual ministra de Seguridad Nacional, la bullrichista de pura raza Alejandra Monteoliva. El entonces gobernador, José Manuel de la Sota, la echó de inmediato.
El decano
El contacto de Kicillof con Insfrán y los otros gobernadores peronistas o de Unión por la Patria es permanente, pero curiosamente nunca había visitado Formosa como gobernador aunque en 1998 trabajó en la provincia norteña durante un año como economista. “Para nosotros Insfrán es un decano”, dijo allí, acompañado por su ministro de Desarrollo de la Comunidad, y a la vez uno de sus armadores políticos, Andrés Larroque.
Insfrán y Kicillof eligieron qué recorrer y dónde pronunciar discursos. Visitaron desde el Polo Científico hasta un polideportivo.
La cumbre en la filial pampeana reveló una decisión política: la alianza de seis mandatarios con la máxima responsabilidad institucional que se juramentaron a trabajar contra el recorte de fondos que afecta a sus provincias y a coordinar su tarea en el Congreso. El documento que firmaron invoca el federalismo, reivindica la obras pública frenada por Luis Caputo y pone como ejemplo de colaboración parlamentaria la pelea contra la destrucción de los convenios colectivos que Su Excelencia llama Ley de Modernización Laboral.
No hubo, en esa cumbre de los seis, definiciones contra CFK, ni tendría por qué haber ocurrido. “No era el ámbito”, dijo uno de los participantes. “Discutimos cómo juntarnos y cómo influir sobre el resto aprovechando nuestro peso institucional.”dijo En cambio, Kicillof sí dio otro paso más en el proceso de diferenciación. En la tarde del viernes 19 de diciembre, el consejo provincial del Partido Justicialista bonaerense terminó con una convocatoria y una sensación predominante. La convocatoria fue a celebrar elecciones internas el 15 de marzo para renovar la presidencia, porque acaba de vencer el mandato de Máximo Kirchner. La sensación que quedó en las distintas líneas fue que Verónica Magario, vicegobernadora y figura destacada del MDF, además de venir entonada por su triunfo en la Tercera Sección electoral el 7 de septiembre, está muy resuelta a buscar la presidencia partidaria en la provincia más poblada de la Argentina.
Fuente yahoraque.com

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