La justicia y el Grooming

Este tipo de comportamiento es abordado por distintas instituciones públicas y organizaciones no gubernamentales, tanto desde el punto de vista de quien comete el delito como de la víctima.

En particular, el Poder Judicial santiagueño cuenta con un Protocolo Interinstitucional de abordaje de niños, niñas y adolescentes (NNA) víctimas y testigos de abuso sexual y otros delitos, que define cómo deben actuar distintos actores cuando se detecta un hecho de esta naturaleza, para que se la intervención judicial sea adecuada y sancione a los presuntos responsables.

En dicho documento, se definen etapas preprocesales en los ámbitos de la familia, vecinales, escolares, centros de salud, policiales y otros, que se denomina Etapa de Detección, Observación o Develamiento, mientras que la Etapa Procesal abarca distintas intervenciones en la estructura judicial.

Una vez que toma intervención la Justicia, a través de la investigación que llevan adelante los fiscales cuando se radica una denuncia penal, se activan los mecanismos para generar las pruebas necesarias para sancionar a quien haya incurrido en ese delito.

Al respecto, debe señalarse que los legisladores nacionales lo tipificaron como un delito decontra la identidad sexual en el Código Penal. En el Art. 131 del Código Penal, se establece la sanción para quien cometa ciberacoso: “Será penado con prisión de seis (6) meses a cuatro (4) años el que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma.”

Por otra parte, el ciberacoso puede ser el primer paso para que adultos obtengan material sobre abuso o explotación sexual para su comercialización o para procurar encuentros personales con niñas, niños o adolescentes para cometer un abuso sexual físico.

Medidas de prevención

En la Argentina y en el contexto extraordinario, las denuncias por ciberacoso en las redes sociales aumentaron notoriamente, debido a que las potenciales víctimas pasan más horas en su hogar y utilizan con mayor frecuencia las redes sociales, sitios de chat o juegos en línea.

Como esta conducta manipuladora de un adulto puede llegar a generar en las víctimas consecuencias psicológicas y físicas, es indispensable que los padres o responsables de los NNA mantengan un diálogo fluido con ellos sobre esta problemática y control sobre las actividades que desarrollan cuando utilizan Internet.

Entre las medidas sugeridas por especialistas para prevenir el grooming, pueden destacarse colocar programas informáticos de navegación segura; evitar el uso de cámara web con desconocidos y revisar el historial de páginas visitadas.

Desde el Gabinete de Psicología Forense del Poder Judicial, profesionales de ese organismo recomendaron que “esta temática debe ser compartida y dialogada dentro del círculo familiar, pues cuando hablamos de menores de edad no nos referimos a individuos independientes o autónomos, por ende deben ser supervisados en lo que respecta a las redes sociales, el uso que haga de ellas y la información que comparta”.

En ese sentido, remarcaron la importancia del control parental para evitar situaciones no deseadas, que podrán tener incidencia en la salud psíquica de los NNA afectados, para brindarles los medios de protección necesarios.

Asimismo, indicaron que es “necesario un entrecruzamiento entre la realidad familiar y lo que establece el organismo jurídico, es decir, la legislación imperante, porque esto ya configura un delito que puede tener implicancias muy graves y significativas sobre todo en la subjetividad de un menor”.

Por último, cabe acotar que en caso de requerir información sobre el tema, conocer cómo formular una denuncia y recibir asesoramiento, debe llamarse al teléfono gratuito 102 o 137, desde cualquier punto del país.