“La situación es demasiado compleja”. El economista ligado a uno de los líderes de la coalición gobernante pronunció la frase y enseguida se dio cuenta de que estaba enunciando una obviedad. Pero la repitió al considerar que, más allá de los cambios de gabinete, sin garantías explícitas de un respaldo de la vicepresidenta Cristina Kirchner, cualquier cambio de nombres o de medidas será extremadamente perecedero.
“Se fue Guzmán, Alberto Fernández llamó a Cristina Kirchner y nombraron a Batakis; no hay mucho para dudar sobre quién ganó”, dijo uno de los candidatos a suplantar a Guzmán que declinó amablemente.
Y ese respaldo que se le pide a la titular del Senado, acotaban, parece difícil de creer –más allá del diálogo de anoche entre el presidente y su vice-, dada su estrategia de presentarse como candidata en 2023, como informó Fernando González en Infobae días atrás.
Esta desconfianza es el principal factor que llevó a que varios economistas ligados a Sergio Massa, el presidente de la Cámara de Diputados, optaran por declinar el ofrecimiento de suceder a Guzmán, inclusive antes de que se los ofrecieran y antes de que se confirmara que Cristina Kirchner propuso a Silvina Batakis para ese cargo, confirmado a las 22 por el Gobierno.
“Se lo dije al presidente y a varios de sus ministros para que no me llamaran”, explicó un hombre de confianza del líder del Frente Renovador, que no quería verse en la incómoda situación de tener que negarse ante un ofrecimiento formal para hacerse cargo del Palacio de Hacienda.– Martín Redrado (Luciano González)
Otros como Martín Redrado, ex presidente del Banco Central, pusieron la vara bien alta y dejaron en claro que sólo asumirían con acuerdo político generalizado que garantice la sanción de un paquete en el Congreso Nacional.
“Hice saber lo que se necesita: leyes en acuerdo con la oposición y luego nombrar al ministro; sin leyes fiscales y monetarias que tengan apoyo del congreso no tiene sentido”, le repitió Redrado a sus colaboradores.
Más alejado de la “rosca” cotidiana, el ex ministro Miguel Peirano –también cercano a Massa- dejó en claro a varios interlocutores que no tiene ninguna intención de volver a la oficina del quinto piso del Palacio de Hacienda que ocupó hasta el último día de la presidencia de Néstor Kirchner.
De esta manera, las opciones de los “ministeriables” del Frente Renovador se enfocaban sobre el titular del Indec, Marco Lavagna, quien hasta el sábado había comentado entre ex colaboradores de su padre, el ex ministro Roberto Lavagna, que tampoco tenía intención de mudarse de cargo, aunque, como en otros casos, sabía que la política podía hacerlo cambiar de parecer.
Al parecer, tampoco Roberto Lavagna se volvió a comunicar con el presidente en estos días de crisis. “Él ya le expresó muy claramente al presidente lo que piensa y lo que juzga que hay que hacer, así que no tiene mucho sentido que ahora vuelvan hablar hasta que no se modifique parte del rumbo de la política económica”, comentó una fuente ligada al ex ministro de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.Roberto Lavagna Foto NA
A su vez, la fuente admitió que “Marco tiene un perfil muy técnico” para fundar sus dudas ante la posibilidad de tener que asumir un cargo que, más que nunca, requiere de un perfil político para lidiar, entre otras cuestiones, con la resistencia de los funcionarios que responden a la vicepresidenta para implementar las medidas que no pudo, no supo o no quiso llevar adelante Guzmán.
Sin cambios para los bancos
Mientras tanto, alejado todo lo posible de los rumores de la posibilidad de ser reemplazado, el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, mantuvo durante el fin de semana un contacto fluido con los principales banqueros del país para asegurarles que esta semana la operatoria del sistema se desarrollaría con “total normalidad”, descartando la posibilidad de un feriado bancario, un hecho que no se registra desde el primer semestre del 2002.Miguel Pesce Maria Amasanti/Bloomberg
“No hay nada de eso” indicaron a Infobae calificadas fuentes del organismo monetario, al menos para tratar de transmitir algo de tranquilidad antes de la apertura de los mercados, cuya variable clave será justamente el valor del dólar, dado que por el feriado del 4 de julio en Estados Unidos no habrá cotización de los bonos y las acciones en el exterior.
Más allá de estas medidas, se espera que haya mejor sintonía entre el sucesor del Guzmán y el titular del BCRA, para coordinar acciones ante un segundo semestre en el que los dólares habitualmente escasean y en que, según el mercado, crecerán las presiones para una devaluación del tipo de cambio oficial, tras una pobre performance del Central para acumular reservas en el primer semestre pese al precio récord de la soja en una década y de la altísima liquidación del agro.
Desde Reconquista 266 responden con una consigna contundente: si no se modera el déficit fiscal en el segundo semestre, tal como lo exigió el FMI en la primera revisión del acuerdo con la Argentina, es difícil que haya menos emisión monetaria o que se acote la brecha cambiaria, problemas que exceden largamente los cambios de nombres o de ministerios.
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