El líder conservador sostuvo que había intentado seguir en el cargo dado que «la pandemia no ha terminado aún, la crisis económica apenas acaba de empezar y sería irresponsable una deriva hacia el caos durante meses».
«Nuestro socio de coalición ha decidido adoptar una postura clara en mi contra», explicó Kurz, el jefe de Gobierno más joven que ha tenido su país, en una conferencia de prensa televisada, en la que además aseguró que Los Verdes lo pusieron en «un callejón sin salida».
Sin embargo, hoy decidió presentar su renuncia «anteponiendo los intereses del país» a los suyos, según destacó e informó la agencia de noticias DPA.
«Quiero ceder el lugar para evitar el caos», agregó el dirigente de 35 años que adelantó que será reemplazado de manera interina por su ministro de Relaciones Exteriores, Alexander Schallenberg hasta que se defina si se consigue formar una nueva mayoría en el Parlamento y nombrar un nuevo Gobierno, o si los austríacos deben volver a las urnas a elegir sus próximas autoridades.
El miércoles pasado la Fiscalía de Austria había informado que Kurz es sospechoso de haber usado fondos gubernamentales para asegurarse una cobertura mediática favorable y, por eso, ordenó el allanamiento de la sede de su partido, el Partido Popular Austríaco (OPV) y de varios despachos de la Cancillería.
Al día siguiente, miles de personas se concentraron cerca de la sede del partido conservador en el centro de Viena para exigir la dimisión del primer ministro, con pancartas que rezaban: «Contra la corrupción» y «Deberías avergonzarte».
Las imágenes del operativo judicial y las protestas fueron la gota que rebasó el vaso para Los Verdes, el socio minoritario del Gobierno.
Tras reunirse con líderes de su partido y de otras fuerzas, Werner Kogler, vicecanciller y líder de los ecologistas, aseguró el viernes que Kurz «ya no era apto para ejercer sus funciones» y le pidió al OPV que proponga de inmediato un reemplazo que no esté manchado con denuncias.
La investigación de la Fiscalía sigue unas encuestas que supuestamente encargó el Ministerio de Finanzas de Austria en las que Kurz y el Partido Popular Austríaco salían favorecidos y que aparecieron en un grupo de medios del país.
Los investigadores creen que la cartera de Finanzas desvió fondos públicos para los sondeos que, a juicio del fiscal, estaban «exclusivamente motivados para el avance político del partido». Su publicación en un grupo mediático aliado estuvo acompañado de una cooperación publicitaria de más de 1,1 millones de euros.
Kurz logró llegar a la jefatura del Gobierno austríaco por primera vez en diciembre de 2017 gracias a una muy cuestionada coalición con el partido de extrema derecha FPÖ. Pero al año y medio perdió a su socio de coalición por un escándalo de corrupción conocido como el «Ibizagate».
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