El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, cerró este jueves una breve gira por Ecuador y Colombia, la primera que hace por Sudamérica, con autocríticas vinculadas al apoyo de su país a antiguas dictaduras regionales, a la necesidad de que Washington logre bajar el nivel de demanda de drogas y que su país a menudo atendió “los síntomas del crimen organizado” pero no “las causas profundas” de esa problemática.
La autocrítica abarcó el reiterado respaldo de Estados Unidos a dictaduras en la región. «Hubo momentos en que apoyamos a Gobiernos en las Américas que no reflejaban la elección o la voluntad de su pueblo y no respetaban sus derechos humanos», dijo.
Ya en marzo de 2016, durante una visita en Buenos Aires al Parque de la Memoria, el expresidente Barack Obama había asumido una suerte de autocrítica al reconocer que su país tardó en defender los derechos humanos violados en la dictadura argentina.
«Sé que existen polémicas sobre las políticas de Estados Unidos en esos días oscuros. Las democracias deben tener el valor de reconocer cuando no se está a la altura de los ideales que defendemos, cuando hemos tardado en defender los derechos humanos; eso fue el caso de Argentina», enfatizó en ese entonces Obama.
En su gira, Blinken se refirió a otros asuntos y problemáticas comunes a los países de la región.
“Mientras fortalecemos las fuerzas del orden y la cooperación, vamos a atacar las raíces del narcotráfico, y otro retos como la impunidad, la corrupción…Y eso significa invertir también en la prevención y reducir la demanda en Estados Unidos, que es la que alimenta tanta actividad. Es preciso invertir en los jóvenes, para que no sucumban ante las tentaciones”, remarcó Blinken.
El concepto fue formulado al lado del presidente de Colombia, Iván Duque, tras la reunión que ambos mantuvieron ayer en el Palacio de Nariño, en la que destacaron la relación “de países amigos, aliados y hermanos”.
“Hoy Colombia y Estados Unidos avanzamos para que esta relación llegue a un nuevo nivel en los próximos años. Que haya 200 años más de hermandad”, expresó Duque.
Blinken ratificó que el respaldo de Estados Unidos al concepto de “paz con legalidad” que impulsa Colombia en la implementación de los acuerdos con las exFARC, y remarcó la urgencia de “tener un Estado presente para llevar mayores oportunidades económicas, pero también otros servicios, como salud y educación”.
El funcionario estadounidense reseñó que el presidente Joe Biden le pidió que fuera a Bogotá en su primer viaje “porque ve en Duque a un amigo muy importante para Estados Unidos y en Colombia a un aliado para hacerle frente a los retos del hemisferio”.
Este jueves, en la apertura del IX Diálogo de Alto Nivel entre los dos países, donde estuvo junto a la vicepresidente y canciller Marta Lucía Ramírez, Blinken prometió trabajar para “proteger a periodistas, defensores de los derechos humanos y activistas”, una cuestión sensible en un país en el que las ONGs denuncian cientos de asesinatos por año.
El funcionario instó a lograr «un nuevo enfoque más integral para promover seguridad», centrado en los derechos humanos, e insistió en la necesidad de mantener «un pilar firme en cooperación y reforzar el cumplimiento de la ley para reducir la violencia, sobre todo en zonas rurales desatendidas en las que hay poca presencia del Estado».
Desde enero hasta el 30 de septiembre, según datos publicados por la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, en Colombia hubo 165 denuncias de homicidios de defensores de derechos humanos, y organizaciones como Indepaz registra 142 líderes sociales y defensores asesinados en 2021 y 1.257 desde la firma del acuerdo de paz en 2016.
En cuando a la política antinarcóticos, Blinken manifestó la conveniencia de “atacar las raíces del narcotráfico”, lo que se traduce en trabajar contra la inequidad, la corrupción y la impunidad.
El otro punto que marca la postura del Gobierno de Biden lo desarrolló ayer en Ecuador y es el vinculado a la seguridad y la migración.
«Nuestro historial de mejora de la seguridad civil en las democracias de la región ha sido desigual», dijo Blinken en la privada Universidad San Francisco de Quito, hecho que atribuyó a que “con demasiada frecuencia” Washington buscó “solucionar este problema confiando demasiado en la formación y el equipamiento de las fuerzas de seguridad, y demasiado poco en otras herramientas».
En esa línea, insistió: “Nos hemos centrado demasiado en abordar los síntomas del crimen organizado, como los homicidios y el tráfico de drogas, y demasiado poco en las causas profundas. Estamos trabajando para corregir ese desequilibrio».
Blinken prometió que, en adelante, además de buscar elecciones libres, su país también atenderá la situación económica de la región y las eventuales mejoras en materia de trabajo, salud y educación.
“Esto debería ser obvio, pero la realidad es que a menudo hemos puesto más energía en fortalecer los derechos civiles y políticos que en fortalecer los derechos económicos y sociales de la gente», reconoció.
Fuente Telam
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